La noche del jueves se esperaba una celebración multitudinaria del fin de año, pero no se cumplieron las expectativas y todo quedó en una noche más, sin demasiado ambiente.
Las fuerzas de seguridad desplegaron un importante dispositivo de seguridad para evitar aglomeraciones en la Plaza Mayor y controlar la seguridad nocturna.
Otra de las funciones era vigilar a los carteristas que acuden a citas como esta y el tráfico de drogas.
A la una de la madrugada la Policía Local interceptó un coche en la Gran Vía y pidió refuerzos.
Mientras llegaban, los agentes se bajaron para identificar a sus ocupantes. Enseguida se llenó la zona de policías, de la Local y la Nacional, y finalmente avisaron a la unidad cinológica, que había desplazado a dos agentes con sus respectivos perros detectores de drogas, que acabaron husmeando hasta el último centímetro del coche.
Tras más de media hora de registro e identificaron, los ocupantes se subieron d nuevo al coche y se dio por concluido el registro.