Teresa Romero, la enfermera contagiada por el ébola, sigue grave pero está consciente y habla con los médicos que le atienden en el hospital Carlos III de Madrid.
Un equipo formado por diez personas, de los que tres son médicos, están al cuidado de la mujer que se infectó por el virus del ébola al cuidar a uno de los misioneros españoles repatriados de Liberia.
Otras quince personas permanecen aisladas en el centro sanitario madrileño en observación, a la espera de ver si desarrollan síntomas y se les realizan las pruebas pertinentes.