Con el nuevo año se han producido cambios en la normativa sobre automóviles. Desde ahora, todos los coches homologados en Europa tienen que estar equipados de serie, entre otros, con el asistente de velocidad o sistema ISA. La finalidad de estas novedades pasa por reducir los siniestros al volante.
Entre los ADAS o asistentes que deberán llevar los coches de serie, el más destacado es el sistema ISA o asistente de velocidad. Su función consiste en limitar la velocidad de circulación del vehículo. Es decir, el ISA adaptará la velocidad máxima de circulación a las diferentes limitaciones establecidas. Con ello se tratará de evitar los excesos de velocidad y, por tanto, los accidentes asociados a ellos.
En primer lugar, el ISA detectará el límite de velocidad establecido en cada tramo, gracias a una cámara ubicada generalmente en el espejo retrovisor. Esta cámara, en combinación con el GPS, va detectando las señales de la carretera y avisan al conductor si excede el límite de velocidad establecido. Además, gracias a un software que llevará instalado el automóvil, el ISA adaptará la velocidad a la máxima detectada y el coche no permitirá superarla.
Este asistente, en vez de frenar al coche, se encargará de ajustar las revoluciones del motor para mantenerlo en una velocidad constante. No obstante, el ISA podrá desconectarse presionando un botón habilitado para tal fin. También podrá hacerse pisando fuerte el acelerador. Sin embargo, van a existir varios niveles de funcionamiento para este asistente:
- Informativo: informa al conductor del exceso de velocidad mediante una señal.
- De advertencia: cuando se exceda la velocidad aparecerán señales informativas y se añadirá una ligera presión al pedal del acelerador.
- Obligatorio: este nivel impide que el automóvil supere el límite de velocidad. Se permite al conductor frenar, así como seguir acelerando, si lo hace con contundencia.
