Opinión

El todo y sus teorías

Una mano señala con una alfiler un punto en el mapa. Imagen. Pixabay.

[dropcap]E[/dropcap]n buen lío me he metido. He comenzado a quedar con Noam Chomsky y ahí ando, aprendiendo de cosas del pasado reciente. No es buena cita si quieres tener una vida de moderada despreocupación y liviana implicación. A cada párrafo le sigue un pensado, es verdad, maldita sea, a quién se le ocurre. Así que voy poco a poco con él.

Para rebajar rotundidades socio-geo-políticas, le soy infiel con otro hombre con el que solo consigo balbucear preguntas pueriles, sin afirmaciones. Como si Bob Esponja acudiera a un congreso de la Agencia Espacial Europea con un montón de apuntes sacados de las películas de Star Wars y Marvel. Un tal Stephen W. Hawking, no sé si te suena de algo…

Las letras nunca son responsables de nada, esas todas solo saben sumar, pero luego en mi cabeza… Tengo una clara tendencia, supongo que como todos, a llevar a lo cotidiano cada estímulo que recibo independientemente de la fuente de donde venga el agua, sea el libro, la pantalla, la onda o en primera persona. Aquello de encontrar patrones, analogías, paralelismos, etc.

Estos dos hombres me han hecho pensar en la cantidad de pocas cosas que sabemos con certeza y lo poco que nos importa y afecta a la hora de afirmar con ese “que te lo digo yo”.

El primero viene a contar que si el individuo A, saca un alfiler, es probable que el individuo 1 saque un cuchillo, lo que tendrá como respuesta un hacha, después vendrá el motosierra, a lo que seguirá una pistola, siendo la siguiente en apuntarse la metralleta periódico puro. Las cosas que suceden con las decisiones de las personas que habitan donde tú y yo habitamos tomadas en nombre de todos sus habitantes…

El segundo… no sé ni por dónde empezar, para ser sincero. Su deriva va por la senda del lugar que habita el lugar donde habitamos nosotros, incluidos aquellos que apuntaban de las decisiones de todos. Qué pequeños somos. Qué poquísimo sabemos de la casa, el barrio, el municipio y demás capas de la matrioska. Qué complejas relaciones de equilibrio por gravedad. Qué desconocida perfección. Qué magnífica y supositoria realidad. Y lejos de negar una deidad creadora permite un “vaya usted a saber” cuál fue el motivo primero y último del comienzo del todo.

Lo que me resulta más seductor y tranquilizador es la constante presencia de la duda y el margen de cada afirmación, siendo muy frecuentes muletillas del tipo “por lo que se sabe”, “según los datos o teorías”, etc. Son también persistentes las demostraciones de los errores de teorías pasadas. Valga la del geocentrismo como ejemplo.

Y aquí mi pensar cruzado. Si tu casa no está en el centro, ¿cómo lo vas a estar tú? Pero ojo, que si nuestra preciosa bolita azul (con sus cosas no tan bonitas) se ve afectada y afecta a algos desconocidos o situados a millones de años luz, ¿cómo no va a jugar un alguien cualquiera algún papel en tu realidad y tú en la de un alguien cualquiera?

Escondamos los alfileres.

Aquí encontrarás más… 

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