[dropcap]S[/dropcap]alamanca tiene por si misma suficiente atractivo como para que su solo nombre sea un reclamo para atraer turistas españoles y extranjeros. Predomina el turista nacional que la recorre libremente y, también es cada vez más frecuente, ver pequeños grupos con guías turísticos locales que, partiendo de la Plaza Mayor, les conducen por un recorrido monumental explicando un poco de historia de la ciudad en algunos puntos como Bordadores, plaza de las Agustinas, calle de la Compañía, plaza de Anaya, Patio Chico o plaza del Concilio de Trento. Las visitas a interiores de los monumentos son menos frecuentes, posiblemente porque el turismo que nos visita es en gran medida de estancias cortas y recorridos rápidos.
Existen tesoros artísticos de Salamanca que pocas veces son visitados por este tipo de turismo que deambula por las calles, pero que no traspasa los umbrales de numerosos edificios cuyo interior es, si cabe, más interesante que el aspecto exterior. Un buen ejemplo es que muchos visitantes de nuestra ciudad conocen perfectamente donde está la rana, pero muy pocos de ellos visitan el interior del edificio histórico de la Universidad.Otro tanto sucede con el astronauta y la catedral.
Una riqueza de Salamanca, que pocas ciudades tienen, son los claustros de edificios universitarios y conventos, y también algunos patios interiores que, sin embargo, no suelen ser visitados por turistas que contemplan sus fachadas y pasan de largo, ignorando los tesoros que albergan en su interior. Es el caso de numerosos claustros de edificios universitarios como las Escuelas Mayores y Menores, estás últimas con la riqueza añadida del Cielo de Salamanca, el palacio y la hospedería de Anaya, el colegio arzobispo Fonseca, la Universidad Pontificia, a los que habría que añadir espacios no universitarios como los claustros de Dominicos, el de las Dueñas, el patio de la Casa de las Conchas o el palacio de la Salina.
Bien merecería la pena incluir estas visitas en los circuitos turísticos habituales e incluso diseñar y promocionar una ruta de claustros y patios de Salamanca. El ejemplo de Córdoba que cuenta con una fiesta propia de sus patios, un mapa y seis rutas turísticas, eventos promocionados por su Ayuntamiento, es un modelo a seguir. Quizás en Salamanca Ayuntamiento y Universidad podrían plantearse algo similar dado que nuestros claustros son una riqueza no suficientemente conocida y que, a diferencia de Córdoba cuyos patios brillan en primavera y verano, nuestros claustros brillan todo el año. Mucho que aprender.