«Estamos como aislados». Así se sienten los vecinos de Tenebrón que llevan casi dos semanas sin línea de teléfono fijo, ni conexión en el móvil, «salvó si subes al balcón o buscas una rayita de cobertura en algún punto alto del pueblo».
Han llamado a Movistar para ver qué pasa con su avería, la respuesta de la compañía es que «hay una incidencia» y que «lo arreglarán lo antes posible». Pero los días pasan y el teléfono sigue sin sonar.
Otra de las quejas que muestran los vecinos de Tenebrón es que podían ir los operarios de Movistar y «ser valientes, que nos digan que no lo pueden arreglar y busquen una solución, pero nada, de nada».
Eso sí, todos están convencidos de que cuando llegue la factura «no habrá ni un euro de descuento».
Este es el sentir de los vecinos de Tenebrón, un pueblo de los que se encuentran en la España Vaciada, esa que está en boca de todos los políticos en esta campaña electoral, pero que ninguno conoce de primera mano lo que es vivir en un pueblo pequeño, con los servicios mermados o inexistentes, como es este caso, y que no tienen la posibilidad de que nadie atienda sus quejas.
El alcalde de Tenebrón, Jero Grande, ha recibido la misma repuesta de Movistar que sus vecinos: «Estamos reparando una avería que afecta a sus líneas. Sentimos las molestias».