Una investigación del Hospital Clínic de Barcelona ha determinado un hallazgo que podría ser clave a la hora de tratar los ictus. Se trata de un cambio en el momento de administrar un fármaco ya empleado en el tratamiento del ictus. Con ello, se logra aumentar hasta el 59% las posibilidades de que el paciente se recupere completamente y vuelva a hacer una vida normal.
El doctor Arturo Renú, miembro de la investigación, ha explicado en la Cadena SER en qué consiste el hallazgo de este estudio, presentado en la Conferencia Internacional de ictus en Nueva Orleans (EE. UU) y publicado en la revista JAMA. En primer lugar, recuerda que el ictus es la segunda causa de muerte en el mundo. Posteriormente ha explicado que el tratamiento, hasta ahora, consistía en administrar un fármaco a los pacientes y después realizar una trombectomía. “El cateterismo funcionaba, pero solo el 27% de los pacientes lograban a los tres meses estar libres de secuelas”.
Los resultados de este estudio demuestran que “si se administra el fármaco antes y después del cateterismo pasamos a un 59% de pacientes que a los tres meses pueden estar sin secuelas. El fármaco va directamente a las arterias del cerebro afectadas”, por lo que es más eficaz cuando se ha abierto la arteria. “El objetivo es que los pacientes se recuperen cuanto antes y lo mejor posible”, ha señalado.
¿En qué consiste un ictus?
El ictus isquémico es un accidente cerebrovascular (ACV) que se produce por la obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral. “Esa obstrucción provoca un déficit neurológico”, ha indicado Renú. En las primeras 24 horas, el tratamiento pasa por administrar alteplase (fármaco intravenoso), y practicar una trombectomía mecánica, que consiste en introducir un catéter por la arteria, con el fin de llegar hasta el trombo y extraerlo. En el 85% de los casos se logra retirar dicho trombo y restablecer la circulación sanguínea en el cerebro. Sin embargo, esto no significa una garantía de recuperación total, pues si no produce la muerte, el ictus puede dejar importantes secuelas de por vida.
El estudio
Los investigadores centraron su atención en que la trombosis se produjera en los vasos capilares de las vías sanguíneas. De esta manera se trató de comprobar si el alteplase podría reducir los daños en estos capilares si se administra después de la trombectomía. Los resultados del estudio, financiado con fondos de la Marartó de TV3, demostraron la eficacia del citado tratamiento. En este sentido, de los grupos analizados, el 40% de los pacientes que recibieron placebo quedó sin secuelas. Por otro lado, el porcentaje de los pacientes que recibieron el tratamiento experimental ascendió hasta el 59%.
Por último, el descubrimiento de este estudio tiene una ventaja añadida. Debido a que el medicamento empleado en él está disponible en los hospitales, a partir de ahora se podrá empezar a emplear esta nueva técnica, con los beneficios que eso conllevará para los pacientes que sufran ictus.