El 14 de febrero es conocido como el Día de los enamorados, sin embargo, también se celebra el Día Europeo de la Salud Sexual. Con motivo de esta celebración, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recogido una serie de recomendaciones para mejorar la salud sexual de las personas.
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud sexual consiste en “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud”. Por ello, con el objetivo de mejorar la salud sexual de las personas, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- No descuidar nunca las medidas de prevención contra infecciones de transmisión sexual (ITS). Para evitar la transmisión de enfermedades como el VIH, la medida más eficaz es el uso del preservativo. Sin embargo, frente a otras patologías solo ofrece una protección parcial, como en el virus del papiloma humano, el herpes genital o el molusco contagioso.
- El virus del papiloma humano (VPH) es la ITS más frecuente. Se estima que tres de cada cuatro personas se pueden haber infectado con el VPH. A pesar de la mayoría de los contagiados no presentan síntomas, puede producir verrugas genitales o lesiones precancerosas, especialmente cáncer de cuello del útero. Frente a ello, la vacuna contra el VPH en chicas jóvenes es una de las principales formas de combatirlo.
- La fidelidad no es garantía de seguridad absoluta. Esto se debe a que, enfermedades como el VIH, pueden haberse adquirido años atrás y el infectado haya estado todo ese tiempo sin síntomas.
- No medicalizar tu vida sexual sin necesidad. Cuando se atraviesan malas épocas o se sufren malas experiencias, puede ser habitual preocuparse más de la cuenta y recurrir a la medicación e incluso evitar las relaciones en vez de, por ejemplo, tratar el tema con la pareja.
- El alcohol y el tabaco influyen en el rendimiento sexual. La ingesta de alcohol, aunque pueda desinhibir, dificulta la erección. El tabaco, por su parte, produce un considerable desgaste físico a los fumadores, que además son más propensos a padecer disfunción eréctil.
- Hay que seguir unos hábitos de vida saludable. Para ello, es fundamental llevar una dieta equilibrada, así como practicar ejercicio físico regularmente.
- Valorar el método anticonceptivo que resulte más cómodo. A la hora de evitar embarazos no deseados, se debe utilizar el método anticonceptivo que te resulte más cómodo. En este sentido, se podrá sopesar entre los métodos naturales, pese a sus limitaciones, hormonales, de barrera o el DIU. No obstante, el que se debe evitar siempre es la marcha atrás, pues tiene un altísimo índice de fallo.
- La comunicación con la pareja es fundamental. Hablar abiertamente con tu pareja es esencial para conoceros mejor, saber los gustos del otro y explorar cómo mejorar y hacer crecer vuestra sexualidad.
- El sexo no es sólo penetración. A lo largo del proceso, los besos, las caricias o los juegos preliminares son tanto o más importantes… y también son sexo. Además, lo importante es que cada pareja sea feliz explorando su sexualidad, sea de la forma que sea, aunque no sea lo que “la sociedad espera”.
- El sexo no tiene edad. A pesar de lo que se pueda pensar, siempre se puede disfrutar de la sexualidad y las posibilidades que ofrezca esta en cada momento.