[dropcap]E[/dropcap]sta frase del gran Jaques Lacan sirve para explicar muchas de nuestras conductas adictivas y compulsivas. El autor hace referencia a que toda conducta de exceso (comer, comprar, beber, consumir sustancias, trabajar, deporte…) esconde o enmascara una falta o carencia emocional que se intenta suplir mediante dicha conducta.
Siempre hago referencia a nuestro contexto sociocultural, pero desde mi perspectiva, me es imposible entender la conducta individual separada del contexto. Es por ello, que debemos siempre tener en cuenta el momento social en el que nos encontramos.
Con la pandemia, hemos visto aumentadas de forma exponencial todas las conductas adictivas. Un dato alarmante es la medicalización de niños y jóvenes para paliar los síntomas de ansiedad y depresión. Esto no es otra cosa que un parche, puesto que nuestros niños y jóvenes han de aprender herramientas para la autorregulación, no sólo un fármaco que les duerma.
Ante la falta de socialización, de tiempo libre de calidad, de relaciones sanas, de insatisfacción en las relaciones de pareja o familiares, suelen aparecer desplazamientos de la angustia hacia las conductas adictivas y compulsivas.
Uno de los casos que más vemos en consulta, es el de los trastornos de la conducta alimentaria. Este tipo de trastornos, son complejísimos y no deben ser tratados únicamente como la relación con la comida, porque siempre, tienen que ver con algún conflicto de tipo emocional, con alguna carencia.
En muchas ocasiones lo pasamos por alto, pero os invito a estar atentos y atentas a vuestras conductas y comportamiento, porque en situaciones de mayor estrés o insatisfacción suelen despuntar. Si de repente me he comido una caja de galletas y no me he dado cuenta, si he comprado por internet siete cosas que no necesito, si estoy bebiendo a diario, si fumo más y no me entero de los cigarros que fumo…este tipo de comportamientos que escapan a nuestra consciencia, son señales de alarma para pararnos y preguntarnos qué no va bien realmente.
Por ello, siempre es importante trabajar desde una perspectiva integradora y que afine hacia los mecanismos de defensa inconscientes y no se quede en la superficie del síntoma. Porque por mucho que regulemos nuestro consumo de tabaco, por ejemplo, si no sabemos qué está causando el aumento o el desajuste, esa conducta va a tender a repetirse en otras esferas de manera persistente en el tiempo.
En nuestro centro trabajamos desde una perspectiva profunda en la que no sólo paliamos el síntoma, sino que hacemos un trabajo hasta averiguar el origen y su dinámica. Puedes consultarnos aquí.