José Luis Retana, obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, ha revelado qué le preguntó el Papa Francisco cuando estuvo con él en Roma: «¿Cómo están las ‘hermanas’?», en referencia a las diócesis de Ciudad Rodrigo y Salamanca. Retana le respondió que no todo el mundo había aceptado bien que estén juntas. El Papa Francisco le aconsejó que atendiera a «la pequeña». Quizá el Papa Francisco era conocedor de que en Salamanca no iba a tener ninguna dificultad a que esté con Ciudad Rodrigo.
Quizá los fieles de Salamanca y Ciudad Rodrigo deben de mirar a Don Benito y Villanueva de la Serena, dos pueblos que han unido fuerzas para ser más grandes, quizá la unión de las dos diócesis en lugar de mermar, sumen. De hecho, el obispo José Luis aseguró que se propone “aprovechar las sinergias” entre ambas diócesis para equilibrar su recién estrenado ministerio pastoral y sabiendo que ha habido «heridas», mostró su deseo de convertirse en “un bálsamo para sanarlas”.
El obispo de Ciudad Rodrigo y Salamanca fue muy sincero al decir que las primeras semanas de tomar posesión en ambas diócesis «lo pasó mal, sobre todo, por la dificultad de poner dos casas en funcionamiento”, pero que contó con la ayuda de un gran equipo. La tercera semana acudió Roma, sin solución de continuidad. “Ahora estoy mejor. He pasado de un uno a un 5.5”, bromeó, recordando que Salamanca tiene una estructura muy grande y necesitará tiempo para abarcarlo todo.
Entre las sinergias que se propone aprovechar para ambas diócesis, el obispo explicó que el protocolo de defensa de menores será el mismo en los dos emplazamientos. “Tendremos un criterio serio y lógico. Siendo dos instituciones completamente distintas, hay muchas cuestiones que pueden ser comunes, aunque la dificultad es que hay que repartir el tiempo”.
José Luis Retana se refirió a la protección de los menores como uno de los pilares de su ministerio eclesiástico en la misma semana en la que la Iglesia anunció un auditoría externa que estudie la labor de las oficinas diocesanas aplicando el protocolo.
Unas entidades, coordinadas por la Conferencia Episcopal, a las que animó a llamar a quien tenga algún problema en este sentido. “La Iglesia quiere poner en esto luz. Con un abuso que haya ya es un dolor porque es una persona heridísima y, si es un sacerdote, está abusando de su autoridad con una familia que le ha dejado al cargo de sus hijos”, manifestó.
Igualmente, el obispo de Salamanca recordó que se hacen estudios “desde hace 50 años” y aunque reconoció que salen casos, los cifró en un 0,2 por ciento. En cualquier caso, se mostró a favor de cualquier tipo de auditoría externa y explicó que los casos avanzan por dos vías. “Si yo tengo una denuncia, la llevaría a la Fiscalía y también hay un procedimiento en la doctrina de la fe, donde además el pecado no prescribe”, reiteró. Asimismo, mostró su satisfacción por el nombramiento de Gabilondo para tutelar la auditoría “Me parece un hombre sensato. Es un hombre con principios y sin prejuicios extraños”, apostilló.
Retana reconoció que es ahora cuando la Iglesia “ha cogido el toro”, y aceptó que se ha tardado en tomar cartas en el asunto. “Ha habido tiempo en el que la Iglesia ha evitado los escándalos. Si un obispo tenía un sacerdote con un problema así, pues ha intentado solucionarlo sin que se escandalice al pueblo se Dios. Sí puede ser que hayamos llegado tarde, pero ya estamos ahí”, reivindicó, señalando asimismo que “hay veces que no se puede decir nada porque se puede entorpecer la labor de un fiscal” y pidiendo “cuidado” a los medios, consciente de que “estos temas venden”.