Los salmantinos respondieron este domingo a la llamada de auxilio realizada por los ucranianos residentes en la actualidad en la provincia (unas 200 personas) y desbordaron las previsiones de recogida de ayuda humanitaria solicitada a través de las redes.
Habían solicitado alimentos no perecederos, ropa, mantas y medicinas para enviar al país invadido por Rusia.
«Se necesitan sacos de dormir, esterillas que no dejen pasar la humedad ni el frío, ropa térmica (ha nevado en varias ciudades), medicamentos (paracetamol, anti-inflamatorios, vendas, cualquier cosa para curar heridas, …), alimentos no perecederos (macarrones, latas, …)», señalaba el aviso lanzado por WhatsApp.
«Cualquier cosa que tengáis en casa y no le deis uso puede ser de gran utilidad en Ucrania. POR FAVOR colaborad y dadle *maxima difusión* (hay gente muriendo, guarderías y pediatrías siendo bombardeadas, …)», proseguía.
Los organizadores estaban emocionados ante la afluencia de salmantinos con bolsones cargados de todo lo que pudieron aportar. «Yo traigo latas, son latas», decía un abuelo que se acercó con su bastón y las latas de conserva en una bolsa de papel que le recogió una de las promotoras de la iniciativa.
No esperaban una respuesta tan solidaria y la furgoneta que fletaron se les estaba quedando pequeña, pero ya estaba previsto utilizar alguna más si fuera necesario.
«Mucha, mucha gente, pero no solo españoles, también ucranianos y rusos que están aquí y también nos ayudan porque saben la verdad y lo que está pasando allí», explica Yaroslav, otro de los organizadores.
En principio se había previsto organizar un envío semanal cada domingo, para un viaje de ida que requiere 48 horas y otras tantas de vuelta. Llegarán hasta el punto de la frontera ucraniana que sea tranquilo, «porque lo que hoy es seguro mañana no se sabe, la situación cambia cada dos minutos», señala Yaroslav.
Iniciativas como esta de Salamanca se repiten en otras ciudades españolas, de Italia y Portugal, al menos que sepa Yaroslav. «La furgoneta llegará a la frontera y los civiles irán a recoger «y se hará el reparto, pero no sabemos seguro cómo será», comenta.
El Ejército y los hospitales necesitan, sobre todo, medicinas y parafarmacia, mientras que la población civil alimentos y ropa. «Hay niños y adultos que se han refugiado en el Metro y llevan allí tres días, sin poder salir, porque los misiles llegan cada 10 minutos, 30 y no se sabe cuándo van a caer, así hay gene que vive en el Metro y necesita de todo», relata.