Podríamos reducir a dos los modos de mirar el mundo: el de los que lo miran a veces a través de una cámara de fotos y el de quienes solo usan sus ojos como ventanas de su cerebro
Nada que objetar a los que optan por esta última posibilidad. La humanidad entera, incluidos los grandes artistas del pasado, lo hizo así hasta que llegó la cámara oscura hace unas pocas centurias y lo ratificó en el S XIX incorporando a esas cámaras un material sensible a la luz que la grabara para siempre y contribuyera al disfrute de los que se asomen a esta técnica para mirar, observar y expresarse con ella.
Javier Prado es un hombre maduro con alma de niño curioso que no deja indiferente a nadie que se detenga ente su mirada callejera. Al igual que los grandes maestros de mediados del siglo pasado Javier escudriña cada rincón de ‘su ciudad’, que es lo mismo que mirar hacia su propia alma, esa misma que logra imprimir en cada detalle o instante de la vida cotidiana. «La prueba está al alcance de cualquiera en esta sencilla pero intensa muestra», explica Victorino García Caderón.
Salamanca, como el París de Bresson o Doisneau, tiene desde este momento un nuevo maestro del instante decisivo. «Seguro que solo es el principio de una senda llena de curiosidad y vida», concluye Victorino García Calderón.
*La exposición fotografía de Javier Prado está comisariada por Ricardo G. Núñez y se puede ver en la galería Luis Méndez, en C/ Meléndez 8 de Salamanca hasta el 25 de mayo 2022.
* Javier Prado donará el beneficio de la venta de sus obras a Pyfano (Asociación de Padres, Familiares y Amigos de Niños y Niñas Oncológicos de Castilla y León)
