La histeria sigue en Salamanca: al aceite se suma la harina

Los consumidores arramblan como si se fuera a acabar el mundo
Un estante sin harina en un supermercado salmantino, este sábado.

La histeria e los consumidores sigue generando distorsiones en los establecimientos salmantinos. Tras la compra compulsiva de aceite de girasol, este fin de semana se ha detectado una pulsión similar con la harina.

 

Los consumidores arrasando con el aceite de girasol, que en algunos establecimientos ya está a tres euros el litro (el triple que hace un año y el doble que hace apenas dos semanas) y cuya subida presiona igualmente al alza el precio del aceite de oliva, que supera fácilmente la cota de los cinco euros el litro en los supermercados.

Y eso que los envasadores no se cansan de advertir de que no habrá desabastecimiento, a pesar de que la mayor parte de las importaciones españolas provienen de Ucrania, y de que España produce un aceite de oliva extraordinario que puede suplir cualquier uso doméstico (incluso debería ser así en condiciones normales por motivos nutricionales y de salud). Otra cosa es lo que ocurre en la industria alimentaria (como la de los dulces).

El aceite de girasol vuela de los estantes.

Se acapara el aceite de girasol y su precio se dispara con este shock de la demanda, pero este fin de semana se ha constatado que también arramblan con la harina, como en las primeras semanas de la pandemia, generando de nuevo molestias y distorsiones sin motivo, porque no se acaba.

¿Alguien presiente otro confinamiento? Los que se llevan los sacos de cinco kilos deben temer algo parecido.

Un supermercado salmantino este sábado.

 

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