[dropcap]T[/dropcap]e doy la bienvenida a nuestra columna de yoga. Por estas fechas hace aproximadamente dos años comenzamos nuestra vida digital yogui. Y quería aprovechar para agradecer. Agradeceros el apoyo y el soporte para continuar en tiempos difíciles.
Como decía, hace unos dos años comenzamos una etapa dura en la que al quedarnos en casa la puerta online para practicar yoga… se abrió.
Yo llevaba tiempo queriendo abrir el abanico de la práctica online sin paredes, sin límites de ciudades, países ni fronteras, pero el día a día no me permitía meterme con ello. Requería de mucha energía y mucho aprendizaje y, sobre todo, tiempo. Pero la vida te va llevando a veces sin consultar y llegó la pandemia. Algo que no esperábamos y nos descolocó a todos.
Entonces tuve que cerrar la escuela y con tristeza e inquietud cerré la puerta aquel marzo y empecé a sentir: “¿Qué podía hacer yo para ayudar?” Y si me conoces, sabes que me gusta meterme en saraos.
Ser profesora de yoga, para mí, significa estar al servicio y de esta forma me encuentro alineada con mi propósito, y eso fue lo que sentí esos días, la idea de poder acompañarnos en aquella época incierta. Abrir un nuevo y desconocido (para mí) formato de practicar yoga online. Tanto en directo como con clases grabadas.
Y desde ahí, han pasado ya dos años y por gracia la escuela sigue abierta con práctica de yoga presencial, pero al mismo tiempo con este otro formato online. Esa forma es la que muchos de vosotros y vosotras seguís hoy por hoy, o combináis el yoga en casa con el yoga en la escuela.
Recuerda siempre que el primer paso lo das tú y la escuela te acompaña en los siguientes pasos yoguis. Así que siempre es buen momento para empezar a practicar. Tienes muchos formatos, busca el que mejor se adapte a tus ritmos.
Este formato online, cada día, a mí me sigue enseñando que el yoga no es talla única, que no solamente existe en una preciosa sala, ni en el lugar más maravilloso, si no que el yoga es una actitud, que puedes cultivar y conectar con ella siempre que sea tu propósito. Yoga cotidiano, que yo llamo. Solo necesitas una conexión a internet y tu esterilla, estés donde estés. En verano, en el pueblo, o en la Conchinchina.
Lo que ocurrió hace dos años en este sentido fue único y poderoso, desde mi casa a la tuya, jamás hubiera pensado que esta forma me llenaría tanto como lo hace. Gracias.
Te espero para seguir practicando en cualquiera de las maneras que sea. Que tengas un buen día y cuides tu energía.
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