Uno de los establecimientos clásicos de la hostelería de Salamanca acaba de cerrar sus puertas.
Páramo cerró su negocio de la Gran Vía el pasado 17 de febrero tras 40 años de actividad, primero en la calle Deán polo Benito, entre las calles Toro y Azafranal, y posteriormente en su tradicional ubicación dela Gran Vía.
Los dueños de la empresa decidieron cerrar el establecimiento tras dos años de pandemia que dañaron seriamente la actividad y «por la evolución del mercado», señala el propietario, Daniel García.
«Ha sido una reestructuración de nuestra actividad tras la pandemia y porque era lo más flojo, porque hay más gente en esta actividad», agrega.
García recuerda que Páramo fue el pionero en una actividad que entonces no tenía un nombre comercial y luego se llamó catering, y que en Salamanca también introdujo algunas novedades, como las napolitanas.
Pese al cierre de la Gran Vía, la empresa sigue «con las nuevas divisiones de negocio», como la comida para llevar, la finca para banquetes y bodas y la última iniciativa, el espacio abierto en el DA2.
La plantilla de Gran Vía se ha incorporado a las otras áreas de negocio.