Beber agua embotellada puede parecer un proceso sin más importancia y que no se puede hacer de manera incorrecta. A pesar de ello, hay una serie de aspectos a tener en cuenta.
Dejar las botellas al sol, con temperaturas superiores a 18°C durante un tiempo prolongado provoca un cambio de gusto más desagradable. Esta cuestión se produce sobre todo en los recipientes fabricados con PET (politereftalato de etileno), un termoplástico que se deforma fácilmente con temperaturas elevadas. En estos casos, debido al calor, las cadenas moleculares se desplazan y adquieren nuevas posiciones, por lo que algunos compuestos migran al agua, como el antimonio (Sb). Otro compuesto que puede generar problemas es el Bisfenol A.
Rellenar la botella una vez tras otra es algo poco recomendable, ya que tienen una vida útil establecida. En algunas de ellas hay etiquetas con la advertencia de “no rellenar”. Esta cuestión se establece para evitar la pérdida de propiedades organolépticas de la botella, que pueden provocar su contaminación con microorganismos. En este sentido, una falsa creencia es que el código numérico que aparece en las botellas dentro de un triángulo significa las veces que se pueden utilizar.
Dejar abierta la botella, ya que posibilita que se produzca una fuente importante de gérmenes y bacterias, porque queda expuesta a factores externos como suciedad. En base a esto, una vez abierta, se recomienda consumir el agua de la botella en pocos días para conservar sus propiedades.
Lavar las botellas en el lavavajillas. Un estudio de la Universidad de Copenhague indica que las sustancias más tóxicas de identificaron después de lavar las botellas en el lavaplatos. Los expertos lo achacan a que el lavado desgasta el plástico.
Creer que el agua embotellada no tiene fecha de consumo preferente. A pesar de que el agua, por su propia naturaleza, no se degrada, si es embotellada tiene que llevar por ley una fecha de consumo preferente. Dicho esto, puede mantenerse potable durante mucho tiempo si el envase no se ha abierto nunca y se ha conservado en un lugar fresco y seco, y alejado de la luz solar.