Los servicios de emergencia han hallado muertos a una mujer de 91 años y su hijo autista de 49 en Madrid. Los cuerpos sin vida, encontrados en su domicilio, podrían llevar inertes varios meses.
Este martes los servicios de emergencia han encontrado muertos a una anciana de 91 años y su hijo de 49, que padecía autismo. Los cadáveres estaban en la vivienda de los mismos, ubicada en la madrileña calle Atocha. Según ha confirmado un portavoz de Emergencias Madrid el hallazgo se produjo tras el aviso de los vecinos, que alertaron a los servicios de emergencia del fuerte olor que salía de la vivienda desde hacía varios días. Posteriormente los Bomberos del Ayuntamiento se desplazaron hasta el domicilio, en la cuarta planta del número 35 de la citada calle.
Una vez en la casa de la familia, los Bomberos, que accedieron por la escala por las ventanas, localizaron los dos cadáveres. Los cuerpos presentaban un avanzado estado de descomposición, lo que apunta a que las muertes no son recientes. En este sentido, pese a que se está a la espera de los resultados de la autopsia, se cree que podrían llevar muertos varios meses. Asimismo, debido a la edad de la mujer, podría haber muerto la primera y, posteriormente el hijo, de inanición o cualquier accidente, puesto que era una persona dependiente y sufría síndrome del espectro autista.
La Policía Nacional está investigando el caso para esclarecer las circunstancias en las que se produjeron los fallecimientos. No obstante, ni la primera inspección ocular ni el análisis médico del Samur-Protección Civil han determinado signos de robo o violencia. Por tanto, a priori todo apunta a que se trataría de muerte natural. Según han asegurado los vecinos no tenían muchos familiares que les visitaran. Además, el padre y marido de los fallecidos murió unos años antes.