Faltaban unos minutos para que comenzara la procesión, cuando se vio movimiento de agentes de la Policía Local y personal sanitario en los aledaños de la parroquia Jesús Obrero de Pizarrales.
En ese instante, comenzó a inquietarse el público que se congregaba para ver la procesión de la Hermandad del Silencio que portan el paso del Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio.
Sobre las 16.45 horas de este Sábado Santo, una mujer era llevada en camilla hasta la ambulancia ante la atenta mirada de devotos y vecinos. Además, otra señora se mostró también indispuesta, quizá por las elevadas temperaturas de este sábado.