Con la llegada de la covid-19 la mascarilla pasó a ser un elemento imprescindible en nuestro día a día. A medida que ha ido evolucionando la lucha contra pandemia se han ido eliminando las restricciones. Dos años después, y tras la aprobación del Consejo de Ministros, las mascarillas dejaron de ser obligatorias en los interiores desde este miércoles.
Texto: Laura Tejero Gil
Sin embargo, esta eliminación no será total. En ciertos espacios como el transporte público, los centros sanitarios y de salud, las farmacias o los empleados y las visitas de las residencias las mascarillas seguirán utilizándose. En el resto de puestos de trabajo su uso dependerá de cada empresa y la decisión que estas tomen.
A pesar de que el uso de las mascarillas ya no sea obligatorio, las autoridades sanitarias siguen recomendando su utilización a aquellas personas más vulnerables, así como a las que se encuentren en una situación más delicada como: embarazadas o personas con alguna enfermedad de riesgo.
Salvador Peiró Moreno, doctor especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, habla acerca de la polémica que se ha creado en torno a esta decisión y asegura que «no es una medida precipitada. Hay transmisión todavía, pero no se está traduciendo en hospitalizaciones. En fallecimientos también estamos en el punto más bajo y, en principio, es una medida razonable quitar las mascarillas en la calle, dejando lo que han dejado, sanitarios, transporte público… dejando también estas cosas un poco al sentido común”.
Una gran incógnita que surge tras la retirada de las mascarillas está relacionada con la posibilidad de que los casos aumenten de manera significativa.
El epidemiólogo afirma que “habrá un incremento de casos seguro, pero no es esto lo que guía las medidas. Lo que guía las medidas el incremento en hospitalizaciones, en las UCIS, los casos graves. Desde que hemos vacunado tanto y desde la llegada de ómicron lo cierto es que no nos fijamos tanto en las tasas de influencia de casos como en las tasas de casos graves. Hace un año los mayores de 60 años estaban con 500 casos de incidencia acumulada. Con esas cifras teníamos todo el país cerrado en la primera ola. En principio la situación es bastante razonable para tomar estas medidas, aunque tiene cierto impacto seguro, pero no es la situación que hemos vivido hasta ahora”.
Volver a usarla
Acerca de la duración de esta medida, añade que «existe la posibilidad de que nos vuelvan a poner la mascarilla. El coronavirus nos ha dado muchas sorpresas y, sobre todo, con las variantes. Si hay nuevas variantes, que es algo que no sabemos pero que es posible, puede tocarnos volver a ponernos mascarilla y volver a tener que vacunar y volver a tener que hacer muchas cosas. En los próximos meses no es esperable, no hay nuevas variantes que parezca que traen peligro detectadas, ómicron es muy transmisible… es posible, pero yo diría que mientras no decaiga la inmunidad tendremos una temporada tranquilita pero puede haber sorpresas. Hasta el otoño probablemente casi seguro que no necesitaremos retirar las medidas, después del otoño no sabría decírtelo”.
Son muchas las opiniones que hay acerca de este asunto. Mientras unos lo ven como algo precipitado otros piensan que es momento de avanzar e intentar volver a la normalidad.
Peiró, por su parte, afirma que «yo creo que es buen momento y que, a lo mejor, hace un mes hubiera sido también. Quizás en los colegios se podría haber quitado un poquito antes. La mascarilla es una medida que molesta poco. Lo mismo el vecino está más tranquilo si el de al lado lleva mascarilla. Supongo que está bien el momento. Hay que tomárselo con mucha tranquilidad, poco a poco, porque hay gente que igual no se la quiere quitar… pero no somos tan finos para ajustar tanto el día y la hora. De hecho, las mascarillas se han ido quitando, no estamos pasando de cero a cien. En muchos casos la adherencia a la mascarilla se había perdido ya”, comenta el doctor.
“Sin embargo, las recomendaciones de en qué sitios hay que llevarlas o con qué personas todavía nos importa. Que las personas mayores las lleven, las visitas a las residencias, las personas con síntomas respiratorios nos preocupa. No es que se haya acabado la pandemia, porque las tasas de transmisión siguen siendo muy altas”, concluye.