Opinión

Bailar

Un grupo de personas baila. Imagen. Pixabay.

[dropcap]A[/dropcap]rte donde se utiliza el movimiento del cuerpo, normalmente con música, como una forma de expresión y de interacción social con fines de entretenimiento y artísticos. Mover el cuerpo y las extremidades con ritmo siguiendo el compás de una pieza musical. Girar rápidamente (un objeto) en torno de su eje, manteniéndose en equilibrio sobre uno de sus extremos.

Ponle ritmo. Esa forma de sucederse las cosas periódicamente en un intervalo de tiempo, la manera en que se suceden y alternan con diferentes intensidades o duración. Ahora sí. Ahora no. Ahora esto. Ahora lo otro.

Haz un compás y síguelo para no perderte. Divide el tiempo en partes iguales. Ayuda a la música, sigue la contraposición de los altos y los bajos, las partes acentuadas y las átonas. De todo te encontrarás. Colócalo. Ordénalo. Desde arriba solo se puede bajar. Desde abajo, solo queda subir. Pumpum, pumpum. Pumpumpum, pumpum. Pumpum, pumpum…

Exprésate. Preséntate. Represéntate, con palabras o con otros signos externos, tu pensamiento, tu idea, tu sentir. Suerte que también valgan esos otros signos externos, ya que las palabras pueden faltar o también sobrar. Exprésate. Acuérdate. Tus pies, tus tobillos, tus rodillas, tu cadera, tu cintura, tus brazos, hombro y cuello. No hace falta mover los labios. Que el aire te abandone mudo por la nariz. El viento no se ve, son las hojas las que te avisan de su visita.

En equilibrio. Confía en él. Ayuda a tu estado de inmovilidad, de imperturbabilidad, déjate someter con cautela, que ni te empuje ni te arrastre. Aprovéchate de las fuerzas, de las intensidades, que te sujeten, que se contrarresten, que se anulen. Y la gravedad a tus pies.

Baila. Con o sin música. Con o sin compañía. Que tu cuerpo se agite, que tus brazos traten de desprenderse de tu tronco, que intenten alcanzar el cielo, que tus pies se arraiguen al suelo, que den grandes pasos acompasados o que te sujeten mientras obligas a tobillos, rodillas y caderas.

Que fluyas por lo que escuchas o lo que sientas dentro, que ocupes un espacio vacío solo para ti, que encuentres el hueco entre la multitud.

Que tus latidos se sincronicen con la percusión, que te empujen los vientos, que las cuerdas te hagan vibrar.

Baila. Libera la mente, el cuerpo y el alma. Libera tus emociones, sensaciones y sentimientos. No pares de moverte para que no te aplaste lo terrenal, que aunque te persiga no te alcance, que no te encuentre en el mismo lugar, con la misma quietud. Abre la puerta a la percepción de las emociones agradables, las cotidianas, las del amor, las de la pasión.

Evádete desde dentro, acaba con el estrés con movimiento. Como quieras. Con ritmo. Con compás. Exprésate. En equilibrio.

Si crees que te hace falta música, póntela. Pero baila. Baílalo. Baílate.

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