Un grupo de ingenieros del MIT ha desarrollado un material, tan fino como el papel, que permite insonorizar estancias. Se trata de un altavoz que es capaz de convertir cualquier superficie en una fuente de señal de audio activa.
El altavoz de película delgada desarrollado por el MIT produce sonido de alta calidad con una distorsión mínima, utilizando mucha menos energía que la requerida por un altavoz tradicional. Este dispositivo es del tamaño de una mano y pesa como una moneda de diez centavos. Además, genera sonido independientemente de la superficie a la que esté adherido. Para ello, los investigadores han sido pioneros en una técnica de fabricación con tan solo tres pasos. Dicha técnica podría ampliarse para producir altavoces más grandes, con los que, por ejemplo, empapelar una habitación.
Gracias a sus propiedades, este altavoz podría ofrecer una cancelación activa de ruido en entornos ruidosos, generando un sonido de la misma amplitud, pero de fase opuesta. De esta manera, los dos sonidos se anularían entre sí. Otra de sus aplicaciones podría ser el entretenimiento inmersivo, por ejemplo, en teatros o parques temáticos. Asimismo, su bajo peso y consumo de energía, lo hacen ideal para su aplicación en dispositivos inteligentes. “Resulta extraordinario tomar lo que parece una hoja de papel delgada, adjuntarle dos clips, conectarlo al puesto de auriculares de su computadora y comenzar a escuchar los sonidos que emanan de él. Se puede utilizar en cualquier lugar. Uno solo necesita una pizca de energía eléctrica para hacerlo funcionar”, ha explicado Vladimir Bulovic, director de MIT.nano y autor principal del artículo.
Los altavoces típicos que se encuentran en auriculares o cualquier sistema de audio, emplea entradas de corriente eléctrica que pasan a través de una bobina de cable. Esta genera un campo magnético para mover la membrana del altavoz, que mueve el aire sobre él y produce el sonido. Sin embargo, el nuevo altavoz se basa en pequeñas cúpulas sobre una película delgada de un material piezoeléctrico. De esta manera, vibra individualmente y se mueve al aplicarle voltaje, moviendo el aire sobre él y generando sonido.
Para la construcción del altavoz, se utilizó un láser para hacer pequeños agujeros en una lámina delgada de PET, un tipo de plástico liviano. Además, perforaron esa capa de PET con una película del material piezoeléctrico, denominado PVDF. Posteriormente, se lamina el otro lado del PVDF con otra capa de PET, que actúa como espaciadora entre las cúpulas y la superficie de unión. “Este es un proceso muy simple y directo. Nos permitiría producir estos altavoces con un alto rendimiento si lo integramos con un proceso continuo en el futuro. Eso significa que podría fabricarse en grandes cantidades, como papel tapiz para cubrir paredes, automóviles o interiores de aviones”, indican.