[dropcap]P[/dropcap]ues con mucho mucho sentido del humor te digo hola. Recibe la bienvenida a esta columna de yoga.
Recién terminado el quinto finde intensivo de la formación y profundización de yoga, te hablo hoy desde el subidón y las pilas recargadas que aportan estos encuentros en Ganesha. La energía renovada totalmente. Y es algo compartido por todo el grupo… no solo una sensación mía.
En las formaciones surgen, salen, brotan…todas las formas: la risa, el llanto, los abrazos, los miedos, el apoyo… Es verdaderamente un: Yo soy tú. Porque todos estamos aquí por diferentes motivos, y cada de uno somos de su padre y de su madre, pero hay algo en común: estar tranquilos y felices.
Y desde ahí lanzo la pregunta que a veces lleva a diferentes opiniones. Yo, claro, os voy a dar la mía. ¿Hay que ponerse serio para practicar yoga? O… ¿hay que ser una persona seria para/por ser profe de yoga?
En mi forma de ser, que por mucho yoga que hagas cada una tiene la suya, lo cotidiano prima siempre desde el respeto y el honrar esta práctica. Así que vivo, transmito y me relaciono desde la sonrisa, la risa y el humor en muchas ocasiones.
Si de repente estás en mi clase y en una postura suelto alguna broma con cariño para esbozar tu sonrisa no es raro, es desde lo liviano. Y además te cuento qué beneficios tiene sonreír en una postura:
- Se relajan todos los músculos de la cara.
- Conectas con este momento presente.
- Tus ojos y tus párpados se aflojan.
- Se suaviza tu entrecejo y tu mirada sintiendo la postura más amable.
- Tu cerebro interpreta que sientes satisfacción.
- Se activa el sistema parasimpático, el cual reduce el estrés.
- Segrega diferentes hormonas como la oxitocina=felicidad, plenitud.
Total, que no por estar más serios somos ni más ni menos yoguis. Aquí una muestra. Y en la vida, en ese yoga cotidiano, pase lo que pase se te pueden abrir más puertas con sentido del humor. Ver una dificultad a veces con humor resuena diferente. Esto por favor, no lo pongas en un contexto ni con un toque de felicismo que no me refiero a esto para nada.
Lo que dice un rostro cuando sonríe es muy distinto a cuando el mandala de tu cara no lo hace. Con estas humoradas me despido. Y con una frase que nos dejó el gran Thich Nhat Tan: “La sonrisa es el yoga de tu boca”
Ten un buen día y cuida tu energía, te lo digo desde mi sonrisa.