Desde el día 6 de Marzo, fecha en que apareció derribado una parte del muro perimetral que delimita la obra inacabada de la plaza de la Valmuza nada se ha hecho por parte del propietario de la obra -Unicaja- ni por parte del Ayuntamiento a quien en varias ocasiones se ha hecho llegar el problema y la denuncia por la situación. Así de contundentes se muestran desde la asociación vecinal Teso-Zurguen en su queja por el abandono desde hace una década de este edificio en contrucción.
Ese día se celebraba en Salamanca la Media Maratón que pasaba por delante del citado edificio. El presidente de la asociación pidió a la Policía Local que señalizara la zona derrumbada por la seguridad de los viandantes y también para impedir el acceso al interior del edificio. «Durante unos pocos días la zona tuvo una banda de ‘prohibido el paso’, pero ésta finalmente desapareció», denuncian.
Ha habido un vecino que de buena fe ha realizado un cierre provisional con vallas de obra que no impide que sigan accediendo al interior sobre todo niños a los que se les escapa el balón cuando juegan en la plaza. En su interior, el edificio sin terminar desde hace más de 10 años, «presenta numerosos peligros: hay sótano, rampas de escaleras sin protección mediante los que se accede a las plantas primera y segunda», puntualizan.
Las plantas del edificio no tienen paredes, por lo que el peligro de caída es real. Además, con el paso del tiempo se ha ido acumulando todo tipo de suciedad en el interior. «Se trata de un peligro real en el propio corazón del barrio, pues la plaza de la Valmuza es la más visitada y céntrica», señalan.
Hace dos meses que esto ha ocurrido y quienes tienen que actuar no hacen nada. El acceso de menores al interior es real y todo el mundo comenta que “hasta que haya una desgracia… Como Asociación no podemos esperar a que algo así ocurra».
No es la primera vez que la Asociación ha denunciado la situación del edificio del que parece que nadie se quiere hacer cargo. Pero mientras está en venta. «Proyectado con fines comerciales, se dejó abandonado a su suerte al comienzo de la crisis inmobiliaria del 2008. Desde entonces es un pegote en la plaza, a la que afea, pero aún más importante es que constituye un peligro», apuntan.
Desde su comienzo hubo que alzar la voz para que se vallara exteriormente. A pesar de las numerosas denuncias, fue finalmente el Ayuntamiento quien tuvo que realizar cerrar adecuadamente el recinto mediante la construcción de una valla de ladrillo, parte de la cual es la que ahora se ha caído.
La Asociación de Vecinos Teso-Zurguén ha pedido que este edificio sea rescatado por el Ayuntamiento y se convierta en un centro de participación ciudadana. «Es un deseo que comparte con los vecinos que se encuentran hartos. Pero como esto no avanza, sino que va para atrás, y el edificio carece de cualquier tipo de permiso de legalidad, la Asociación se está planteando pedir el derribo del edificio. No podemos tener esta espada de Damocles sobre nuestras cabezas”, exponen.
El barrio, en el que viven más de 6.000 personas no dispone más que de una ludoteca y dos pequeños espacios de participación ciudadana. Uno de ellos lo ocupan el grupo Scouts y el otro la Asociación de Vecinos. El barrio necesita espacios para hacer actividades, también para los mayores para quienes no hay nada de nada,espacios para actividades, un salón de actos, aulas, biblioteca… «Nada que no tengan los barrios de alrededor», concluyen.