«Si paramos un día, solo harían una operación»

El nuevo hospital inmenso: los encargados de la basura realizan entre 15 y 20 km andados en cada jornada laboral
Personal de la limpieza del hospital exponen su día a día. Fotografías. Sergio Villarino.

Después de dos años de pandemia se podría decir que la sociedad ha tomado conciencia de la gran importancia que tiene la limpieza a nivel sanitario, pero resulta un tanto cuestionable, puesto que aún hay muchas personas que no quieren resaltar su gran valor.

Por. Patricia Martín

Sin ir más lejos, es lo que le lleva sucediendo desde hace nueve meses al personal sanitario del complejo hospitalario. Por ello, el comité de limpieza de Limcasa ha dado la voz de alarma, ya que tras el cambio al hospital nuevo necesitan aumentar de manera significativa el personal de limpieza.

Hace 40 años, la plantilla que trabajaba en el hospital constaba de 185 trabajadores; mientras que, actualmente son 160 limpiadores. A simple vista, esta cifra resulta escasa para hacer frente al hospital nuevo y al hospital Virgen de la Vega.

Ana Isabel García, representante del comité de empresa, explica: “Anteriormente con el servicio de urgencias del clínico y el Virgen de la Vega, el personal limpiaba 3.200 metros; ahora, esa cifra se ha duplicado y rozan los 6.000 metros. Es inviable tener todo el edificio limpio y quien sale perjudicado al final es el paciente”. Además, argumenta que con el cambio al hospital nuevo se reforzaron todos los servicios menos el servicio de limpieza.

Seguidamente, comparte de manera emotiva: “El primer día que fui, a mí se me caían las lágrimas porque dije, aquí nos vamos a morir porque sientes que no llegas. Otra particularidad fue que a todo el mundo se le enseñó el hospital antes para que tuvieran algo de idea del circuito y a nosotros el día que llegamos, ahí te veías solo. Somos el único servicio del hospital al que se le ha tratado así”.

Por su parte, Raquel García, portavoz del comité, añade: “Se necesitarían más de 25 trabajadores nuevos para cubrir la falta de personal, puesto que actualmente no se llega al mínimo de trabajadores, ya que hay muchos compañeros con bajas, muchas de ellas por las consecuencias que acarrean el aumento de carga de trabajo. En definitiva, malas condiciones, distancias exageradas y mucha exigencia”. Por este motivo, el comité ha asegurado que no descarta comenzar a realizar próximamente movilizaciones y concentraciones, incluida la huelga.

Recogida de Basura

En referencia a la recogida de la basura, también se necesita una mayor ayuda, puesto que tras diversas quejas han conseguido un aparato mecanizado que tritura la comida sobrante, pero la última parte sigue yendo al cubo de la basura. Esto hace que los compañeros lleven meses cargando cada día más de 100 kg en un cubo de basura.

Ana Isabel García resalta: “Los compañeros que sacan la basura van con el carro a todas las plantas, los llenan y vuelven a ir hacia el edificio industrial. Realizan de media entre 15 y 20 km andados en cada jornada laboral y todo ello cargados de basura”.

Seguidamente, llama la atención que tras comentar que todo el personal del hospital tiene una zona de descanso; al personal de limpieza le adjudicaron en un primer momento medio almacén sin ventilación; un espacio para 15 personas cuando son 70 por turno.

Ana Isabel García, presidenta del comité de empresa del hospital. Fotografía. Sergio Villarino.

Tanto Ana Isabel García como Raquel Garcías coinciden en señalar que la zona era insalubre, puesto que el espacio contaba con una cloaca, el material de limpieza y las lavadoras. Ahora comparten espacio con las encargadas de turno, donde sigue sin haber ventilación, han dividido la zona para distinguir al personal y la falta de intimidad es algo que se encuentra muy presente.

Durante los fines de semana se dobla el trabajo, ya que se deben de encargar de limpiar dos plantas, en vez de una. “Nos da mucha vergüenza que alguien nos diga que no tenemos limpia una zona. Yo llevo 35 años en el hospital, es que es mi casa, paso más tiempo allí que con mi familia”, acaba por lamentar Ana Isabel García.

Y, de manera crítica comenta: “Estuve el lunes trabajando con una compañera del comité y me decía: “Es que me voy con una sensación malísima, como que no he hecho nada”. Y yo le dije: “Pero si es que no hemos levantado la cabeza en toda la mañana”. Te da tiempo a hacer lo que se ensucia a diario y malamente, no te da tiempo a hacer una limpieza a fondo de nada”.

El duro golpe de la pandemia

La pandemia sufrida no deja de ser un tema que se debe de poner en relieve, puesto que la Covid-19 sigue conviviendo con nosotros y persiste en cada hospital. Además, el personal de la limpieza ha sido uno de los sectores que más de cerca han vivido esta situación.

Raquel García traslada como vivió esa época: “Hablando desde el lado más humano, deberíamos de empezar por lo mal que se nos trató y lo insignificantes que hemos sido. La limpieza no es visible para la gente pero sí que es cierto que nosotros hemos puesto el corazón y todo el empeño durante la pandemia”. Además, de manera emotiva acaba por decir: “Nos afecta mucho hablar de la pandemia porque hemos limpiado como verdaderos salvajes. Ha ido gente a teletrabajar desde casa y el hospital les ha dado incentivos y a nosotros no nos han dado ni las gracias. A la limpieza siempre se la deja de lado”.

En aquel momento, los pacientes ingresados por Covid-19, con quienes más conversaban era con la persona de la limpieza, puesto que veían en ella un rostro amable. Ana Isabel García cuenta de manera anecdótica como una vez la reconocieron por la calle y la pararon para darle las gracias a sus compañeras, explicando: “La compañera de la limpieza entraba todos los días alegre, contenta, te contaba un chiste y te hacía reír”. Seguidamente, acaba por añadir: “Se me ponen los pelos de punta porque que eso te lo diga un paciente te llena”.

¿La profesión resulta aún invisible a ojos de la sociedad?

Desde que me alcanza la memoria, ser limpiador siempre se ha visto con malos ojos, menospreciando dicho trabajo y en baja estima. Cualquier profesión puede ir por delante, pero a mi parecer, resulta que para saber limpiar hay que aprender como en cualquier otro ámbito y no cualquiera al final acaba sabiendo.

En este punto, Raquel García acaba transmitiendo su malestar: “Somos invisibles totalmente. A raíz de la pandemia a mucha gente se les ha hecho héroes. Los sanitarios han tenido plazas y premios, entonces están con una displicencia hacia el personal de limpieza y cuanto más jóvenes peor todavía. Estoy descontenta porque somos totalmente invisibles. Tú haces tu trabajo y no hay ningún tipo de respeto”. Además, acaba por añadir: “Respecto a los acompañantes de los pacientes, no sabes hasta qué punto nos pueden llegar a humillar. Se creen que tienen a una chacha gratis que a mucha gente le gusta esa idea y nos tratan muy mal”.

Raquel García, del comité de limpieza del hospital.

Ana Isabel García por su parte resalta: “Por parte de la dirección del hospital, invisibles o lo siguiente. Cuando ya nos ponemos en pie de guerra es cuando el director de gestión nos ha abierto la puerta de su despacho; sí que es verdad que es muy educado y correcto, pero de lo que dice no sale nada. Y sobre el gerente, es el primer gerente desde que yo estoy en el comité de empresa y llevo 20 años, que no nos ha recibido”.

“Tenemos una sensación de abandono y de disgusto, porque cualquier persona en su trabajo puede parar un minuto, pero es que a ti ven que recibes una llamada de tu casa o vas a por una botella de agua fuera de tu horario y siempre hay algo que limpiar, nos sentimos muy cuestionados”, continúa.

Del mismo modo, acaba por reflexionar: “A mí me gustaría saber qué harían si un día nos paramos. El primer día que no se limpiara en el hospital, tendrían que cerrar. Harían la primera operación en un quirófano, pero hasta ahí llegan, porque si no se limpia no pueden hacer la siguiente”.

Cómo es una jornada laboral para una trabajadora de la limpieza

Ana Isabel García explica cómo es su día a día trabajando en el hospital: “Llegamos a las 07:30 horas de la mañana y preparamos los carros con el material. Lo primero que hacemos son los despachos que tenemos en todas las plantas; el despacho del supervisor, del jefe de servicio, las secretarías, los despachos médicos, donde se reúnen los médicos, además de donde se reúnen las enfermeras para darse el cambio de turno, los servicios públicos, algún almacén, luego limpiamos las salas de espera y sus baños, después hacemos el control de enfermería con la sala de medicación, el cuarto del personal de descanso de cada planta y realizando todo esto llegan las 09:30 horas”.

Comentándolo se puede observar que no es una profesión fácil y conlleva mucho sacrificio, ya que es un no parar y limpiar un hospital acarrea mucha responsabilidad. García continúa exponiendo: “Hasta las 10:00 paramos a desayunar y luego empezamos con las habitaciones de los pacientes. De media tenemos todos los compañeros 16 habitaciones, 14 normales y 2 con exclusa que suelen estar ocupadas por pacientes por algún tipo de aislamiento, como Covid-19, Gripe A o aislamientos de contacto. Hacemos las habitaciones y volvemos a acabar lo que nos haya quedado de las zonas comunes por donde empezamos, como algún despacho que estuviera cerrado, el dormitorio de los médicos de guardia, los office, el cuarto donde se dejan las basuras y donde dejamos el carro. Toda esa zona se vuelve a repasar y se vuelven a sacar las basuras de los controles. Después empezamos a hacer altas, todas las que van saliendo y muchas veces te toca repetir habitaciones, ya que si queda vacía después tiene que quedar limpia para el siguiente ingreso. Y esto es un día tras otro”.

 

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