Opinión

¿Ángel o diablo?

Un 'angelito' mirando un ordenador. Fotografía. Filip Baoti?. Unsplash

[dropcap]A[/dropcap]dmito que no soy de mantener polémicas y que trato de evitar conflictos innecesarios, pero también he de admitir que ciertas polémicas en cierta red social con un pajarito revoloteando por allí, resultan divertidas, con verdaderos combates, como si a la gente le fuera la vida en ello. Echar mano de hemeroteca tiene su arte y una buena memoria, para recordar palabras que han dañado en algún momento la reputación o bienestar de una persona. Admito que callar bocas se ha convertido en el deporte favorito últimamente, después de pasar la pelota, que hasta ahora era el primerísimo y admito que a eso de “callar bocas y bocazas“ suelo jugar bastante bien.

Ser Ángel o Diablo, es un debate que se hace ya eterno, teniendo en cuenta, que el diablo fue un tierno angelito, antes de ser lo que después fue.

Debatirse entre ser uno u otro, implica un esfuerzo y una perdida de fuerza que necesitas para otras cosas, pero a veces toca asumir roles que en otras circunstancias no harías.

La falta de ética y la doble moral que se gasta ciertas personas, tratando de convencer de sus buenas intenciones a personas que realmente si tienen esas buenas intenciones, siempre me provocaron cierto repelús, que ha pasado a ser cierta emoción que pone de alerta que tu cuerpo, ante esta emoción básica y universal, según la psicología de las emociones, responde con repugnancia y bastante desagrado.

Trileros baratos, que buscan engañar a personas implicadas en causas, a través del atontamiento general, pero que se descubren en cuanto abren la boca.

Indudablemente el minuto de gloria y unos cuantos euros, ya han volado al bolsillo mientras se destapa el negocio y digo negocio que mucha gente ve ante los que otros lloran.

No diré que no encontré a algunos de estos, de hecho he parado bastantes frentes ya, pero si hay algo que me cabrea es que den vueltas alrededor, tratando de ‘conquistar’ a través de afinidad, mientras intentan sonsacar toda la información posible para seguir haciendo beneficio de lo que para otros es no lucro.

Siempre dije que la dignidad no se compra, ni se vende y hay que mantenerla si la tienes, pero ahora sé que hay personas que nunca podrán tenerla por mucho que lo intenten. Las mascaras acaban cayendo tarde o temprano y siempre habrá quien esté allí, para recordar el lugar que ocupan los estraperlistas en el ranking de los mayores engaños en este país.

Asociación Salmantina Contra el Bullying y el Ciberbullying

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