Los astrobiólogos Michael Wong y Stuart Bartlett han planteado una hipótesis que explicaría por qué los extraterrestres nunca han visitado la Tierra ni hemos contactado con civilizaciones avanzadas. Según el planteamiento de estos expertos, podrían estar estancados o muertos.
Michael Wong, del Instituto Carnegie, y Stuart Bartlett, del Instituto de Tecnología de California, han abordado esta cuestión en un artículo publicado en la revista ‘Royal Society Open Science’. La hipótesis de estos astrobiólogos pretende resolver la llamada paradoja de Fermi. Dicha paradoja expone la contradicción existente entre la inmensidad del universo (que sugiere que debería estar lleno de vida extraterrestre avanzada) y la ausencia de evidencias que prueben la existencia de esas civilizaciones.
“Las civilizaciones colapsan por el agotamiento o se redirigen para priorizar la homeostasis, un estado en el que la expansión cósmica ya no es un objetivo, lo que dificulta su detección remota. Cualquier resultado, el despertar homeostático o el colapso de la civilización, sería consistente con la ausencia observada de civilizaciones (en toda la galaxia)”, han explicado los astrobiólogos.
Para llegar a esta suposición, Wong y Bartlett se han basado en los estudios sobre el crecimiento ‘superlineal’ de las ciudades. Dichos estudios indican que, según van aumentando en tamaño y población, también lo hace su consumo de energía exponencialmente. Esto lleva a que se produzcan crisis o singularidades que provocan rápidos colapsos en el crecimiento, continuados por otro colapso aún más precipitado que podría suponer el fin de esa civilización.
Siguiendo esa hipótesis, “presumimos que una vez que una civilización planetaria haga la transición a un estado que pueda describirse como una ciudad global virtualmente conectada, se enfrentará a un ‘agotamiento asintomático’, una crisis final en la que la escala de tiempo del intervalo de singularidad se vuelve más pequeña que la escala de tiempo de la innovación”.
Así pues, las poblaciones más fáciles de detectar para la humanidad serían las cercanas al colapso, ya que disiparían mucha energía de manera “salvajemente insostenible”. “Esto presenta la posibilidad de que muchas de las detecciones iniciales de vida extraterrestre por parte de la humanidad puedan ser del tipo inteligente, aunque no sabio”.
No obstante, los expertos han matizado que, para evitar su ruina, esas civilizaciones podrían experimentar un “despertar homeostático”. Esto significa que redirigirían su producción del crecimiento ilimitado a través de las estrellas, para priorizar el bienestar social, el desarrollo sostenible y la armonía con su entorno. En este sentido, aunque esas poblaciones no abandonen completamente la exploración espacial, no se expandirán lo suficiente como para que el contacto con la Tierra sea probable.