Los trucos para quitar las etiquetas de los botes de cristal

Sin dejar rastro del papel o el pegamento
Un tarro de cristal (Pixabay)

Cuando se compran productos en recipientes de cristal, es común reutilizar el tarro para guardar otras cosas. Sin embargo, a la hora de quitar las etiquetas y pegatinas que llevan los botes pueden quedar restos, ya sean del papel o del pegamento. A continuación, una serie de trucos para dejar los tarros de cristal como nuevos. 

Retirar todos los restos de las etiquetas de un tarro de cristal puede resultar muy sencillo, pero en ocasiones puede ser más difícil. Para ello, las condiciones en las que se encuentre el bote influyen en gran medida, haciendo unas técnicas más efectivas que otras. En primer lugar, se dice que es más fácil quitar todos los restos cuando el tarro aún esté húmedo, en estas ocasiones se pueden emplear varias técnicas:

  • Utilizando agua y un trapo. Se recomienda que el agua esté caliente y el trapo se pueda desechar, porque algunos pegamentos son tóxicos. Primero, con el trapo humedecido en el agua caliente, hay que frotar el tarro hasta que el adhesivo desaparezca, repitiendo el procedimiento las veces que sea necesario. También se puede colocar el trapo húmedo sobre el pegamento durante unos minutos, para que este se ablande.
  • Utilizando hielo. Con un cubito de hielo, presionar sobre la parte del cristal donde haya pegamento, de esta manera el adhesivo se congelará. Una vez congelado, se debe rascar con una herramienta que tenga el filo suave.
  • Usando disolvente. En este caso se debe tener más cuidado, ya que algunos disolventes pueden ser tóxicos. Entre otros, se pueden emplear alcohol, lubricantes, vinagre o bencina (el líquido de los mecheros), aplicándolo sobre la zona a actuar. Una vez haya reposado, hay que frotar con un trapo hasta que se quite la mancha de la pegatina.

Por otra parte, en los casos en los que el bote ya esté seco, aunque el proceso puede ser más complicado, también se pueden quitar los restos de las etiquetas.

  • Colocar sobre el área sucia un trapo humedecido con alcohol o bencina, de forma concentrada, y dejarlo actuar durante un minuto. Posteriormente, frotar hasta que los rastros del adhesivo hayan desaparecido.
  • Seguir la técnica anterior utilizando vinagre blanco. Este producto es ácido ascético, por lo que funciona muy bien como disolvente. Una vez que el vinagre haya actuado sobre la zona de la etiqueta y antes de que se seque el trapo, frotar hasta que el cristal esté limpio.
  • Si los métodos anteriores no han funcionado, también se pueden emplear productos desengrasantes. En este caso habrá que extremar la precaución para evitar quemaduras químicas. El proceso es el mismo que los anteriores, una vez haya actuado el producto se debe frotar el tarro.

Por último, si no se quieren utilizar productos, se puede optar por rascar el adhesivo con un cuchillo o un cúter. Sin embargo, con este método se puede arañar el cristal, por lo que se debe proceder con movimientos suaves.

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