Estaba obsesionado con ella, que tenía 12 años

A prisión por abusar de una menor en el Carnaval de Ciudad Rodrigo
audiencia provincial juzgados policia
La sede de la Audiencia Provincial. (Archivo)

La Audiencia Provincial de Salamanca condenó a dos años y ocho meses de prisión a un hombre de 55 años por abusar sexualmente de una menor, que contaba con tan solo 12 años cuando ocurrieron los hechos, con la que se obsesionó y a la que abordaba por la calle al encontrársela en Ciudad Rodrigo.

Además, deberá pasar otros siete años de libertad vigilada y tiene prohibido regresar durante seis al citado municipio ni acercarse a la víctima a menos de 500 metros, a la que deberá indemnizar con 500 euros en concepto de daños morales.

Según recoge la sentencia consultada por Ical, el varón ya había sido condenado previamente por abusos sexuales a un año de prisión. Los hechos se remontan al Carnaval del Toro del pasado año, cuando el ahora condenado se dedicó el 15 de marzo a seguir a la menor por la zona del Registro, en las inmediaciones de las murallas de la localidad mirobrigense. La víctima, asustada, tuvo que llamar por teléfono a su madre para que fuera algún familiar a su encuentro y para que el hombre la dejara en paz.

Un mes después, el domingo 25 de abril de 2021, sobre las 14 horas, la sentencia relata cómo el condenado, al ver pasar por a la menor, le agarró por sorpresa de un brazo y le tocó ambos pechos con las dos manos, al tiempo que le decía que se quitara la ropa, a lo que la menor se negó. Después, le bajó la mascarilla y le besó en los labios.

En este momento, pasó por el lugar un joven, cuya identidad se desconoce, que al ver la escena, se echó sobre el agresor, lo apartó por la fuerza y lo derribó al suelo, al grito de «deja a la chica, violador». Así, la niña pudo zafarse y huir corriendo del lugar.

El día siguiente, el 26 de abril, el hombre encontró otra vez a la menor por la calle, sobre las 17 horas, le salió al encuentro, le agarro el brazo derecho y a continuación le echó mano al pecho derecho y le dijo: «Cuando estemos a solas y en otro lugar te lo voy a comer todo».

Sin embargo, en esta ocasión la niña pudo reaccionar a tiempo, le dio una patada en la entrepierna y huyó a la carrera. Después, contó a sus padres lo ocurrido ese día y el anterior, pues hasta ese momento no les había dicho nada por temor a que no la dejaran salir a la calle, lo que derivó en la denuncia.

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