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“Ser mujer es la mejor tapadera para ser espía”

Reyes Monforte presentó en Salamanca su último libro 'La violinista roja'
Reyes Monforte presentó en Salamanca 'La violinista roja'. Fotografía. JOTA.

Qué mejor manera que empezar junio, que sumergiéndote en una historia verídica del pasado, envuelta en secretos, espionaje y guerras, desde la visión de la espía soviética más importante del siglo XX, África de las Heras. Esa es la propuesta de Reyes Monforte, escritora y periodista, que presentó La violista roja en Salamanca y conversó sobre secretos, informantes, traidores, casualidades,…

Texto: Patricia Martín

¿Cómo descubrió a África de las Heras?
La descubrí en el proceso de documentación de otra novela hace ocho o nueve años. Me estaba documentando para otra historia y fue la primera vez que me encontré el nombre de África de las Heras. Me llamó mucho la atención que una mujer nacida en Ceuta en 1909, que además, la vida la tenía preparada un destino de militares, ya que ella misma se casó con un capitán de la Legión con quien tuvo un hijo que murió a edad temprana… Me llamó mucho la atención que alguien que venía de ese mundo terminara siendo la reina de la KGB, la espía soviética más importante del siglo XX. Es decir, dio a su vida un giro de 180º. Sobre todo, me llamó la atención que una española tuviera tanta importancia en el nuevo orden mundial que tenemos, porque ella estuvo en todos los escenarios y acontecimientos importantes del siglo XX.

Estuvo en la revolución de Asturias, en la Guerra Civil, en la Segunda Guerra Mundial, el asesinato de Trotski, el Telón de Acero, Bahía de Cochinos, la guerra de Corea, el espionaje atómico; es decir, estuvo en todos los escenarios y se codeó con los grandes personajes del siglo XX, desde Orwell y Hemingway que les conoció en Barcelona, Frida Kahlo, Diego Rivera que les conoció cuando se hizo pasar por secretaria de Trotski, porque vivía exiliado en la casa de Frida Kahlo en México y allí le engañó. También conoció a Che Guevara, Salvador Allende, la Pasionaria, Carrillo, a todos los espías soviéticos y británicos de la CIA. ¡Y que conociéramos tan poquito de ella! Aunque, es normal que no conociéramos mucho, porque como ella decía: “El mejor espía es aquel que nadie sabe que existe”.

Además, siempre pasó inadvertida, nadie sospechó de ella, nunca tuvo ningún problema, nunca fue descubierta e independientemente de sus ideales, fue una mujer que por sus ideales renunció a todo, a tener una vida normal, a tener un amor, una familia, incluso a un país, porque su país era España, aunque ella luego siempre consideró su patria la Unión Soviética. Me pareció un personaje muy de novela.

Reyes Monforte presentó en Salamanca ‘La violinista roja’. Fotografía. JOTA.

¿Cómo fue el proceso de documentación?
Imagínate, porque es verdad que de África de las Heras sabemos lo que sabemos, porque los países no quieren dar mucha información sobre sus espías, pero hay tanta información sobre el siglo XX, sobre la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial… Por ejemplo, el asesino de Trotski, Ramón Mercader, con el que África vivió una gran historia de amor que le duró toda la vida. Hay mucha información sobre los escenarios y sobre otros muchos personajes que aparecen y por supuesto, sobre África de las Heras. El proceso de documentación es uno de los momentos de la elaboración del libro que más disfruto. Yo creo que por mi faceta de periodista, porque vas buscando, encuentras nuevos datos y esos te llevan a nuevos datos y me lo paso muy bien la verdad.

¿Qué fase te producía una mayor satisfacción?
Con la documentación me vuelvo loca, porque me lo paso muy bien, además veo que los lectores se lo pasan igual de bien leyéndolo. También me lo paso muy bien escribiendo, especialmente La violinista roja, porque es como un libro de aventuras, tiene algo de thriller, suspense, es novela histórica, es parte de novela negra porque como pasan tantas cosas y claro, es una novela de espías. Otra cosa no sé, pero espías hay muchos en la novela. Yo creo que ha quedado muy entretenida por lo que me dicen los lectores, les está gustando mucho. La verdad es que me gusta que los lectores me digan eso, porque es verdad que cuando yo estaba escribiendo, no podía dejar de escribir y quería más y más; y los lectores me están diciendo que cuanto más leían más querían saber y no querían parar de leer. Además, muchas veces crees que sabes todo sobre un suceso de una persona y dices “anda, pues esto no lo conocía” o “qué curioso es esto”.

¿Por qué el título?
La violinista roja era porque después de la Guerra Civil, donde ella estuvo de interrogadora, una de las chicas más crueles de Barcelona, y después de formar parte del operativo para asesinar a Trotski, donde ella se hizo pasar por su secretaria… Moscú la envió a la Segunda Guerra Mundial a los bosques de Ucrania, a luchar contra los nazis. Allí, se hizo llamar la subcomandante Ivonne y era operadora de radio.

A las operadoras de radio soviéticas las llamaban violinistas, porque llevaban su pequeña radio, su enigma, en una maletita en forma de estuche de violín y con esa maletita, se la echaban a la espalda y recorrían a diario distancias kilométricas, entre 10 y 40 kilómetros. Hasta llegar a un punto seguro, donde poder emitir a Moscú y también interceptar los mensajes al enemigo.

Reyes Monforte presentó en Salamanca ‘La violinista roja’. Fotografía. JOTA.

¿Se ha visto en algún momento identificada con la protagonista?
Imposible. De hecho, cuando terminé el libro dije “comparado con África, he llevado una vida aburridísima”. Claro, África que si en guerras civiles, que si mataba gente o engañaba a otros, que si se casaba porque se lo decía Moscú o se hacía pasar por modista de alta costura o por dueña de una tienda de antigüedades. O sea, todo mentiras, todas coberturas.

¿Identificada? No, pero me ha gustado mucho conocer su vida y creo que hemos conseguido en el libro que la gente desarrolle cierta empatía hacia ella. No hacia sus ideales o sí, habrá gente que tiene los mismos ideales que África. Por ejemplo, en el libro no se habla de política, ni se dice si esto es bueno o malo, solo se cuenta lo que hizo esta mujer. Independientemente de sus ideales, esta mujer fue una de las responsables del nuevo orden mundial, que hoy en día tenemos en el mundo, y escribió una de las páginas más importantes de nuestra historia más reciente.

Además, tras leer el libro se puede llegar a entender mejor lo que está pasando en nuestra actualidad…
Claro, fíjate en la guerra de Ucrania o en la Guerra Civil. Al documentarme sobre la Guerra Civil, me sorprendió mucho la excesiva presencia de espías soviéticos y de personal soviético en Barcelona. Yo no sabía de eso. Ahora nos creemos que hay muchos espías rusos en Barcelona, ¡si los ha habido siempre! Y la presencia además descarada en los principales hoteles de Barcelona durante la Guerra Civil, en las fachadas colgaban retratos de Stalin y de Lenin. O sea, ni de Franco, ni de ninguno de los líderes republicanos o nacionales, no no, de Stalin y de Lenin. Y decías, “¡pero cómo es posible! Pues sí que estaba sovietizada la Cataluña de la Guerra Civil”, y me ha sorprendido mucho.

Reyes Monforte junto a María del Carmen, sobrina nieta de África de las Heras. Fotografía. Instagram.

En referencia al feminismo, también podemos hablar de esa libertad que caracterizaba a África de las Heras…
Claro. Además, ella estuvo en contacto con muchos guerrilleros españoles, tanto en la Guerra Civil como en los bosques de Ucrania, porque allí fueron a luchar muchos españoles en el bando de la Unión Soviética. Y, la definían siempre como una mujer muy guapa, atractiva, sensual y según decían ellos muy liberal en lo sexual. Estamos hablando de 1930 y 1940. Hablar de ser liberal en el plano sexual en esa época, pues a lo mejor ahora nos parece una tontería, pero ella no tenía problema en utilizar las armas de mujer para conseguir cualquier tipo de información o para conseguir engañar a quien fuera. Es más, ella muchas veces decía que ser mujer era la mejor tapadera para ser espía, porque quién iba a sospechar de una mujer, quién iba a sospechar de una modista de alta costura o una dependienta de una librería infantil. Por ejemplo, ella terminó sus días con el nombre de María Mavlova, viviendo en Moscú y todo el mundo pensaba que era una venerable anciana que hacía tartas y bizcochos para sus vecinos y para sus amigos. Cuando realmente era la instructora de la nueva generación de espías soviéticos. Es más, muchos de los espías rusos que están dando vueltas por el mundo, fueron alumnos de África de las Heras.

Al comienzo del libro señala que algún personaje o acontecimiento ha sido escrito en favor de la dramatización, ¿en qué parte del libro existe algo de esa ficción?
Por ejemplo los diálogos. Es para decirle al lector que todo lo que se cuenta sucedió de verdad y todo está basado en hechos reales. Por ejemplo, a la hora de novelar los diálogos entre África y Frida o Ramón Mercader o Trotski o Frida y Diego Rivera, pues son diálogos que tu escribes con una base documental, porque todo está muy documentado, y por eso adviertes. Aunque el lector ya lo sabe, pero a mí me gusta ponerlo para que lo sepan. Con toda la documentación que tenemos, los diálogos están 100% documentados.

¿Tiene en mente cuál va a ser su siguiente proyecto? 
¡Uy!, eso no te lo puedo contar. Pero, está basado en un hecho real y os va a sorprender mucho y por muchas cosas. Lo saco dentro de dos años, cuando termine la promoción de La violinista roja, me tengo que poner a escribirlo ya, porque la documentación ya está casi hilvanada, pero eso te lo contaré la próxima vez que venga.

¿Cómo es el momento cuándo te invade la inspiración?
Te hablo por mí. Cuando encuentro una historia que me mueve por dentro o me dan muchas ganas de saber sobre esta persona, sobre la historia o sobre el momento histórico, eso es señal de que ahí puede haber una novela. Muchas veces encuentras un suceso o una persona que dices “¡qué bien!”, pero luego te pones a documentarlo y ves que no va a dar para una novela, no es lo suficientemente interesante. Lo que pasa es que cada vez me lo voy poniendo más difícil, porque después de la historia de África de las Heras, a ver cómo supero esto y a ver cómo encuentro un protagonista que sea incluso mejor, porque cada libro quieres que sea mejor, pero es divertido y a mí me gusta. Vivo mucho de la actualidad, bebo mucho de la realidad, yo siempre digo que por muy estupendos que nos pongamos los escritores o los periodistas, la realidad siempre supera a la ficción. Fíjate lo que le pasó a Julio Verne, escribía ciencia ficción y hoy en día, estaría escribiendo historia contemporánea, porque todo lo que parecía ciencia ficción hace décadas, ahora es algo real.

*** La librería Santos Ochoa de Gran Vía acogió la presentación del último libro de la periodista y escritora Reyes Monforte, La Violinista Roja.

1 comentario en «“Ser mujer es la mejor tapadera para ser espía”»

  1. La verdad es que es un libro muy aburrido y denso, casi 800 páginas donde repite demasiado lo ya conocido de la espía. No revela nada nuevo y desconoce Reyes Monforte la realidad cuando afirma que: «A las operadoras de radio soviéticas las llamaban violinistas, porque llevaban su pequeña radio, su enigma, en una maletita en forma de estuche de violín y con esa maletita, se la echaban a la espalda y recorrían a diario distancias kilométricas». Si Monforte realmente investigó en archivos soviéticos o alemanes, debería saber que el nombre que recibían los operadores de radio era «pianista» (también había hombres). No era una maletita con forma de estuche de violín, era bastante voluminosa y no era la máquina «Enigma», porque esa era una máquina secreta de claves de los alemanes, nunca estuvo en manos de los soviéticos.

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