[dropcap]E[/dropcap]stamos en verano, tiempo en el que arrecia el calor, y este año parece que además de las temperaturas propias de la época, vamos a tener olas de calor que provocarán subidas de temperatura aún mayores.
Independientemente de que nos gusten más o menos el calor y el sol, todos debemos tener algunas precauciones para evitar problemas de salud como quemaduras, dermatitis, edemas, insolación, calambres, síncope por calor, etc. y en algunos casos consecuencias más graves como el agotamiento por calor o el golpe de calor que puede llegar a ser mortal o dejar importantes problemas.
Respecto del calor existen algunos consejos generales como protegerse del sol y evitar salir a la calle en las horas más calurosas del día, permaneciendo durante el mayor tiempo posible en los lugares más frescos y bien ventilados (a la sombra o climatizados), utilizar ropa ligera que absorba la humedad (algodón) y de colores claros y proteger la cabeza con alguna gorra o sombrero de tela ligera, mantener una buena higiene, beber abundante agua (si se tiene la sensación de agotamiento por el calor se puede hacer rehidratación con líquidos que contengan sales: suero oral, limonada alcalina, etc.).
Hay que evitar los deportes al aire libre en las horas más calurosas del día (de 12.00 a 17.00 horas) y, en la medida de posible, evitar trabajos penosos en el exterior como la construcción, la agricultura o los trabajos de obras públicas durante esas mismas horas. La causa del problema no es sólo la elevada temperatura, sino la acumulación excesiva de calor en el organismo, que se puede producir tanto por las altas temperaturas, como por el calor que genera el cuerpo en actividades físicas intensas. Se trata de evitar problemas de salud y accidentes laborales.
Es importante recordar que en verano no se debe dejar a nadie, personas o mascotas, en un vehículo expuesto al sol. Las poblaciones más vulnerables como niños, embarazadas, ancianos y enfermos crónicos deben extremar siempre las medidas de autocuidado frente al sol y al calor, especialmente en olas de calor que pueden alcanzar altas temperaturas y durar varios días. En verano muchas enfermedades crónicas empeoran y ponen en riesgo la vida de estos pacientes. En España la mortalidad se incrementa en verano en un 14,6%. Entre las personas de más de 60 años, el riesgo de mortalidad aumenta un 20% durante una ola de calor y este riesgo aumenta hasta el 40% en las personas de entre 80 y 90 años. A pesar de que se dan pocos casos, el riesgo de mortalidad infantil aumenta un 25% en días de calor extremo. Debido al cambio climático se calcula que en España en el año 2050 el número de defunciones provocadas por el calor podría multiplicarse por ocho.
En relación con el sol es fundamental protegerse de las radiaciones solares. Durante el verano y otros periodos de alta radiación solar hay que ser muy cautelosos con la exposición solar para evitar sus efectos perjudiciales como son el envejecimiento prematuro de la piel, quemaduras, insolación, manchas solares, lesiones cancerosas o cataratas.
En resumen: ¡cuide su salud! Evite el calor y la exposición al sol y beba abundantes líquidos (preferentemente agua).