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Los chalecos, lo más eficaz para evitar que los niños se ahoguen

La OCU alerta de los flotadores y las figuras de animales

Con el verano recién iniciado, llegan los ahogamientos de los niños por causas muy variadas, pero no es raro que tengan que ver con flotadores y otros productos hinchables, como animales para montarse encima o pequeñas piscinas portátiles, advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

En el caso concreto de las ayudas a la flotabilidad para menores que aún no saben nadar, OCU recomienda priorizar un chaleco acorde a la talla del niño, tanto por su mejor ajuste como porque deja los brazos libres.

Las burbujas son útiles cuando ya se tiene práctica en la posición de natación, pero es vital ajustarla en la parte más alta del cuerpo, lejos de la cintura, para evitar que el niño pueda darse la vuelta y quedar boca abajo en el agua.

Los manguitos, aunque son más sencillos de colocar, son más incómodos para los niños; y tienen el riesgo de salirse si no se colocan cerca del hombro. Otras ayudas son las bandas pectorales o los swimtrainer, pero ambos suelen ser complicados de usar; es imprescindible contar con unas buenas instrucciones.

Unos y otros deben contar con hebillas de doble cierre y, en caso de que sean hinchables, tener doble cámara de aire y una válvula anti-retorno para que, aún abierta, retenga el 75% del aire pasados dos minutos.

OCU también advierte que la mayoría de los flotadores se consideran juguetes acuáticos, por lo que no están obligados a cumplir unas normas básicas de flotabilidad. Y lo mismo ocurre con gran parte de otros tipos de hinchables, como las colchonetas, los barcos y las figuras de animales. «Solo deben usarse en zonas donde el niño apoye las plantas de los pies; nunca en el mar, ya que la corriente podría arrastrarle hacia dentro. Conviene, además, evitar saltar sobre ellos, ya que es fácil que salgan disparados y el niño caiga en una mala postura, pudiendo golpearse con el bordillo de la piscina o una roca en un río», señala.

Del mismo modo, la organización OCU recuerda el riesgo asociado al uso de piscinas hinchables. Los niños han de estar vigilados en todo momento por un adulto, aun cuando sepan nadar. Un resbalón, un golpe o un corte de digestión pueden causar una pérdida de conocimiento. En estos casos, son suficientes 30 cm de profundidad para ahogarse; es más, un bebé puede ahogarse en menos de 10 cm de profundidad en apenas 20 segundos.

Por último, en el caso de las piscinas hinchables, OCU desaconseja colocarla en una terraza: el forjado está pensado para soportar un peso de 200 kg/m2, que equivale a una piscina de apenas 20 cm de profundidad que ocupara la misma superficie. Y a eso hay que sumar luego el peso de los niños y los adultos.

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