El parque dedicado en Salamanca a Elio Antonio de Nebrija, que este año se celebra su V centenario, fue construido en 2015. Su presupuesto fue de 500.000€, «siete años después sigue siendo un lugar poco acogedor, especialmente en verano por carecer de sombra, como les ocurre a tantos parques en Salamanca y eso que el de Nebrija lo tiene muy fácil, aquí sí que podríamos decir que los árboles se dan, por encontrarse junto a las riberas del Tormes y el Zurguén», explican desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.
«El espacio central, en la foto sombreado en azul, completamente pelado, como le gusta al alcalde Carbayo, ocupa 6.000 m2, casi un tercio del total. En él no se permite crecer ni una brizna de hierba. Pero el resto tampoco tiene árboles, salvo los naturales que no fueron talados, pero que quedan ya fuera, donde no hay bancos ni paseos», puntualizan desde la asociación.
En cuanto a los árboles y arbustos, se plantaron 150 en 2015, de los cuales una buena parte se secaron, se mantienen vivos solamente 88: de ellos, 21 son plátanos que están en el borde del parque, junto a los viales del Paseo del Progreso y puente Sánchez Fabrés, por lo que apenas aportan sombra al parque.
«¡Qué malasombra tiene este alcalde! Al menos podía hacer honor a su nombre y llenarnos la ciudad de «carbayos» ¡qué carallo!», ironizan desde la asociación.