Opinión

Memoria y corazón

Un perro en una playa. Imagen de ScatteredBitsOfLights en Pixabay

[dropcap]E[/dropcap]n un paraje asturiano, frente al mar Cantábrico, alojada en una pared semiderruida, pero con un encanto que despertó mi interés, me encontré con una frase que sigo reteniendo en mí: “La memoria es el agradecimiento del corazón».

No sé quién la escribió, ni que hacía esa frase en aquella pared. Supongo que alguien tenía algo que contar y decidió que aquella era la mejor manera de hacerlo. Tiempo después la vi en el muro de uno de mis amigos en Facebook y volví a aquel momento en el que mi memoria recordó lo que mis retinas retuvieron, un paisaje lleno de magia, el ruido del mar, momentos para el recuerdo y una frase que me hizo pensar.

Realmente, da que pensar si en algunos momentos tenemos memoria, somos agradecidos o nos falla el corazón.

Volvemos al verano, a las vacaciones, al viva la toalla y al Living la vida loca, tal cual decía Ricky Martín y también vuelve el abandono de seres sintientes, en cualquier carretera o cualquier hoyo. Todo vale, con tal de que que nada estorbe.

El regalo de navidad, que ya ha crecido, impide que las noches de terracita, los bañitos en la piscina o simplemente la irresponsabilidad que a veces se demuestra, disfrutemos de uno de los mayores amores y agradecimientos que podemos llegar a conocer.

Tengo la enorme suerte de tener memoria, agradecimiento y corazón y no entenderé nunca a las personas que abandonan un animal por el simple hecho de disfrutar de unos días de playa.

Nadie obliga a nadie a tener o a querer lo que no se puede tener o querer, pero deberíamos de ser suficientemente adultos para obrar en consecuencia y no abandonar en cualquier rincón, seres sintientes que dependen de aquellos que un día se comprometieron a cuidar de ellos. Valoren si vale más la pena unos días de playita o todo un año de amor y lealtad.

Podríamos hablar de aquellos mayores que también estorban en vacaciones, sin pensar que un día dieron todo por quien o quienes ahora ‘los aparcan’ cruelmente sin la menor compasión, ni atisbo de arrepentimiento. No merecen ese trato, no caigan en eso.

EL verano efectivamente es un tiempo para disfrutar de todo aquello que el resto del año no puede hacerse y espero que lo disfruten con todas sus ganas, pero con la responsabilidad de tener memoria, agradecimiento y corazón.

Asociación Salmantina Contra el Bullying y el Ciberbullying

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