Durante la realización de los controles de alcoholemia pueden darse casos de falsos positivos que, aunque improbables, son posibles. En estos casos, hay una manera de proceder que todos los conductores deben conocer por si tienen que enfrentarse a ello.
Aunque parezca algo raro, sí se puede dar positivo en alcoholemia sin haber ingerido ni una sola gota. Esto se debe a que los dispositivos que se emplean no son 100% fiables. También, algún rastro de alimentos, bebidas de bajo o nulo contenido alcohólico, medicamentos o incluso enjuagues bucales pueden hacer que el resultado sea positivo. En estos casos, si el conductor está seguro de ser negativo no habrá mayor problema, siempre y cuando actúe correctamente.
En primer lugar, es esencial conocer los derechos y obligaciones en un control de alcoholemia. De esta manera, cualquier conductor está obligado a someterse a un control de alcoholemia o drogas si así lo solicita la Policía o Guardia Civil. Una vez llegados a ese punto, los agentes deben informar al conductor del procedimiento, así como de sus derechos.
Cuando se haya realizado la prueba, el conductor puede pedir que se repita. En ese caso preferiblemente se opta por un análisis de sangre, mucho más fiable y que se realizará en el hospital o centro de salud más cercano. Si esa prueba da negativo, la DGT será la que afronte los gastos de los medios utilizados en el laboratorio. Por el contrario, si el resultado es positivo, será el conductor quien pague.
Finalmente, es conveniente informar a los agentes en caso de haber consumido alimentos especiales, medicamentos o bebidas de bajo nivel alcohólico. De esta manera se facilita el trabajo en caso de falsos positivos y se pueden evitar malentendidos.
