Los malos hábitos a la hora de conducir pueden suponer numerosos problemas, entre ellos, averías. En este sentido, hay cinco prácticas habituales que deben eliminarse si queremos evitar averías y daños inoportunos.
Cuidar la mecánica de los coches, así como mantenerlos siempre a punto son esenciales para alargar la vida de los mismos y evitar problemas y averías. Sin embargo, también hay que evitar algunas costumbres que muchos cometen y que pueden suponer daños inoportunos.
De todas ellas, hay cinco por encima del resto que pueden perjudicar gravemente el estado de los vehículos y que mucha gente lleva a cabo incluso sin darse cuenta:
- Abusar del embrague. Simplemente debe utilizarse para cambiar de marcha. Pese a ello, muchos conductores abusan de su uso. Por ejemplo, cuando están esperando en un semáforo, dejan la primera marcha metida y mantienen pisado el pedal del embrague, lo que hace sufrir a este componente más de lo debido.
- Llevar la mano en la palanca de cambios. Se trata de una mala costumbre que muchos conductores hacen inconscientemente. No obstante, al dejar la mano sobre la palanca, fuerza el mecanismo, pudiendo provocar que se estropee. Además, este tipo de averías suelen ser bastante caras.
- Apurar la reserva del depósito. Circular habitualmente en reserva puede provocar daños en los filtros y la inyección del motor. Esto se debe a que las impurezas se van depositando en el fondo del depósito.
- Mover el volante con el coche parado. Esto puede dañar tanto la dirección y la suspensión del vehículo, como las ruedas.
- Aparcar muy cerca del bordillo o sobre la acera. Este hábito fuerza en demasía los neumáticos, pudiendo provocar daños y obligando a cambiarlos mucho antes. Además, puede estropear la suspensión y la dirección.