Javier Palomo del Rey, cofundador de la productora Aladelta Films, habla de su pasión por contar “historias humanas”. El joven guionista y productor se embarcó junto a sus compañeros en un proyecto documental. La historia de El Tesoro de Guarrazar es uno de los hechos históricos más importantes de los últimos tiempos.
Por. Lucía Almaraz
Durante la charla, Javier Palomo cuenta la importancia del cine, su capacidad de persistir a las personas y sucesos en el tiempo. El contar historias sirve para marcar un pasado, pero también marcar un presente para todos.
¿Qué supone para alguien tan joven un proyecto como Guarrazar?
Un sueño porque la verdad es que es materializar el trabajo de dos años y poder sacar a la luz una historia que revela muchas de las historias desconocidas en España. La mayoría no sabemos de relatos que ocurrieron en nuestro pasado.
La creación de Aladelta Films, ¿se construyó para poder producir este documental?
Sí, efectivamente. Nosotros comenzamos el proyecto siendo un grupo de estudiantes de Comunicación Audiovisual y nos propusimos el documental como Trabajo de Fin de Carrera. Para grabar el documental tuvimos que crear una productora entre los tres compañeros, así surgió Aladelta Films.
¿Qué quieren contar en El Tesoro de Guarrazar?
Estos hechos tienen que ser interesante para el público. Por eso mismo, nosotros nos proponemos llegar a todos los públicos creando no el típico documental, como puede ser el que pones para echarte la sienta de La2. Queremos crear una historia que enganche, que no sólo hable de la parte histórica sino, también, de la propia transcendencia de la historia en el presente y en lo que nos falta. Que yo creo que es lo que al final nos hace ser conscientes de la importancia de las cosas.
En este largometraje solicitasteis ayuda a Pedro Antonio Alonso, autor de un libro sobre este descubrimiento, ¿Qué supusieron sus notas para la elaboración del documental?
La verdad es que Pedro Antonio nos ha enseñado cómo fue la historia del descubrimiento. Él es de Guadamur . Desde pequeño había escuchado historias del tesoro y quería dar a conocerlo a todo el mundo. A nosotros la novela nos ha servido para conocer la historia y para que seamos capaces de contarla. Pero, claro, el documental no va sólo de contar esa historia que aparece en la novela, sino contar el presente de la historia del tesoro, que es lo que aún están analizando.
También, entre los apoyos, ha estado la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, que ha sido de las personas que más se han movido para llevar la historia del tesoro y dar a conocer el yacimiento de Guarrazar, ha ido a Francia, a asociaciones que tienen que ver con los visigodos… Se ha movido por todos lados y, gracias a ella se consiguió que se siguiera analizando el yacimiento arqueológico de Guarrazar. La persona encargada de ello fue Juan Manuel Rojas, que también fue un gran apoyo, ya que es quien ha empezado a excavar y a descubrir que donde se encontró el tesoro no es sólo un campo, sino que había un yacimiento arqueológico muy importante.
Respecto a eso que cuenta, ese yacimiento que se ha establecido es de los más importantes hasta ahora encontrados, ¿esto puede suponer una segunda parte del documental?
La verdad es que sobre Guarrazar no, pero sí puede ser un puente para animarnos a contar más historias que la gente no conozca.
¿Qué es lo que no podía faltar en la pantalla?
Algo que nos haga sentir que esta historia podría pasar en nuestro pueblo, en cualquier sitio y, entre todos podemos darnos cuenta de que lo que vemos podemos ser nosotros mismos. Yo creo que esa es la mayor importancia, hacer sentir que esto es una historia humana y que todos podemos ser un vecino del pueblo… Es lo más importante para nosotros.
Como salmantino ¿Piensa qué hay historias en el tintero o que aún no se haya contado?
Sí. En Salamanca hay mil historias. Mi abuelo, por ejemplo, me contaba muchas historias, paseábamos por la ciudad… Y bueno, yo también de mi pueblo conozco varias… Creo que simplemente las historias que van sobre las cuevas de Salamanca, o esa Salamanca en el Siglo de Oro tienen mil hechos interesantes que muchos salmantinos a lo mejor conocemos superficialmente, pero nunca se han llegado a contar de una forma más profunda.
Cree que Salamanca tiene futuro para los jóvenes…
¿Puedo ser sincero? (risas) Creo que para que Salamanca tenga futuro, las personas como nosotros tenemos que crear cosas, incentivar que Salamanca se mantenga viva. Porque yo mismo tuve que ir a estudiar a Madrid, porque en Salamanca no tenía oportunidades de estudiar cine o eran casi nulas. Pienso que que para que Salamanca pueda mantenerse viva en eso hay que hacer algo. Hay que fomentar la cultura, los proyectos audiovisuales… Hay que avivar que la gente se quiera quedar para contar cosas, porque la sensación que tengo y, también otros compañeros, es que muchos hemos tenido que irnos, no voluntariamente, sino por obligación para poder llegar a algo. Mi intención es esa, poder conseguir o tener la capacidad de volver y contar historias desde allí.
Por último, ¿puede el cine influir hoy en día?
Recomendaría pensar cómo se podría hacer cine en sus propias vidas, cómo conocen historias o cómo conocen cosas, lo que se suele decir de “esto da para una película” … Y es que, yo creo que la capacidad única del cine es la de preservar historias para siempre. Recomendaría a la gente que siga manteniendo vivo el cine, porque gracias al cine podrán mantenerse vivas sus propias historias.