Esos centímetros que elevan su verticalidad, logran que su caminar, poco grácil, resulte desmañado y produzca inseguridad al que la ve
He visto a Terelu Campos en varias ocasiones en mi vida, una hace muchos años, en el hotel Palace de Madrid, donde me pareció un poco estirada, quizá para mitigar su escasa estatura, y otra recientemente, en el programa Sálvame, donde constaté que era muy altiva. La más engreída de todo el cortijo. Doy mis razones para escribir tales afirmaciones. Fue la única de los colaboradores del programa de televisión que no se acercó al público a decirle un: ‘Buenas tardes’.
En mi casa, siempre me han enseñado que el saludo no se le niega a nadie, máxime si los que están sentados detrás de ti, han ido a conocerte. Tendría un mal día. No sonrió fuera de las cámaras, quizá necesite el dispositivo rojo para que la curvatura de su boca se alce hacía el cielo o escuchar el sonido atrayente de las monedas al chocar unas contra otras, porque hoy la vemos muy feliz asomada a la portada de Hola y exhibiendo su nuevo hogar.
Suple su carencia de altura con altos tacones que no domina, por lo que cuando va caminando, da la impresión de que perderá el equilibrio en cualquier momento de la inseguridad que transmite su andar poco grácil, más bien desmañado. Te dan ganas de levantarte y ofrecerle tus manos para que se ampare.
Pero, no sólo de la hija de María Teresa Campos viven las revistas esta semana. Por la portada de Semana, que siempre fue muy fiel a Rocío Jurado, ahora también lo es a su hija menor Gloria Camila y a su nieta Rocío, que al haber superado la mayoría de edad, también tiene un hueco en Diez Minutos, pero en esta ocasión junto a su padre y la esposa de éste.
Lecturas tira de competencias fotográficas, que siempre son más económicas, y le dedica la portada a la señora de Clooney. Y por último, Love se decanta por entrevistar a Natalia Verbeke que por enésima vez asegura que no le han dolido prendas romper su compromiso. Pensará que es mejor estar sola que mal acompañada.
1 comentario en «Los tacones de Terelu,… y demás hijas de»
Me encantan tus atinados comentarios sobre estas famosillas en ciernes, hijas de papá o mamá. Me imagino que siempre fueron unas «niñas mimadas» y por eso tienen ese carácter que tan bien indicas.
Antiguamente, a los que trabajaban mal en el escenario les tiraban tomates y fruta podrida. ¡Qué lástima que se haya perdido tan buena costumbre! Aunque ahora con cambiar de canal viene a ser algo parecido.