Joaquín Prat y su familia, sus dos hermanas, Alejandra y Andrea, y su madre Marianne Sandberg, han hecho público el gran problema con el que viven, sufren y padecen desde hace muchos años, la adicción de su hermano e hijo, Federico.
Tanto Joaquín como sus hermanas han compartido en sus stories de Instagram el mensaje de lo estupendo que es su hermano Federico. «Es un ser maravillo con un cora´zon de oro. Es y ha sido siempre querido en casa. Educado, cariñoso y sensible». Así lo describen sus allegados.
«Desgraciadamente, también un adicto. Hace más de 12 años que mi madre y nosotros, como hermanos, hemos intentado ayudarle», se sinceran.
Lo han acompañado en numerosos tratamiento de rehabilitación, centro de toda índole y también en su casa. «Finalmente, y tras un duro camino, especialmente para mi madre, esto solo lo comprenderán quien haya tenido que vivir lo mismo en primera persona», cuentan.
La familia Prat explica que el propio Federico tomó la decisión de irse a vivir al sur y continuar con su adicción. «Durante todo este tiempo, mi madre se ha hecho y sigue haciéndose cargo cada mes del lugar en el que vive y aunque ha tenido oportunidades, ha continuado inmerso en el mundo, terrible e inmundo, de las drogas».
Han perdido toda esperanza de que algún día se dure, pero sí quieren privacidad familiar para seguir gestionándolo de la manera menos dañina para todos.
A veces, las cosas no son lo que parecen. Son muchos años de sufrimiento que sólo nosotros conocemos. «Ojalá, nadie tuviera que pasar por esto, ni el enfermo, ni la familia que desgraciadamente sufre igual».
«Juzgar es muy fácil Pero, la vida no es blanco o negro, nuestra familia es una piña para lo bueno y para lo malo y así va a seguir siéndolo», concluye la familia Prat.