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Opinión

Adiós

Miguel Barrueco.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.
 

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Constantino Cavafis

[dropcap]E[/dropcap]sta es una carta personal de despedida obligada por mi jubilación y tiene como destinatarios a mis pacientes, a todos y cada uno de los pacientes que he atendido desde 1976 cuando comencé a ejercer como médico en Villapando (Zamora), hasta ahora. El grueso de mi actividad como médico ha tenido lugar en el Hospital Universitario de Salamanca.

La misión de un médico es prevenir la enfermedad, tratar de curarla cuando aparece y paliar sus efectos cuando no puede curarla. A ello he dedicado mis esfuerzos durante estos cuarenta y seis años, con un ejercicio que se ha ido modificando con el paso del tiempo, según cambiaban las circunstancias y la propia medicina, pero en la que he procurado mantener siempre un ejercicio humanitario en cada acto médico, una relación médico-paciente basada en el respeto y la confianza mutua, y un ejercicio humanista de mi profesión.

Siendo neumólogo el grueso de mi ejercicio ha tenido lugar en Servicio de Neumología, pero no creo en el hospital-centrismo y por ello también he procurado mantener siempre una estrecha relación con mis compañeros de Atención Primaria en beneficio de nuestros pacientes comunes: sin esa relación estrecha habría sido difícil conseguir lo mejor que podíamos ofrecer a cada paciente en cada momento.

Quiero agradecer a mis pacientes haber depositado su confianza en mí, saben que he puesto mis cinco sentidos en atenderles lo mejor que he sabido o podido. Seguramente que en muchos casos no he cumplido sus expectativas y les pido disculpas por ello. No siempre ha sido posible atender a sus peticiones, pero pueden estar seguros que he puesto mi empeño en hacerlo. También les pido disculpas si en alguna ocasión no pude dedicarles todo el tiempo que necesitaban o no fui capaz de entender o satisfacer sus demandas o explicarles suficientemente que no estaba en mis manos poder hacerlo.

Con muchos de ustedes, especialmente quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas, he tenido una relación más estrecha y prolongada en el tiempo, desarrollando lazos personales más profundos; con otros, por las características de su enfermedad, generalmente enfermedades agudas, este contacto ha sido muy esporádico, pero tanto en unos como en otros he tratado de atenderles de la mejor manera posible.

He tratado de, convencer primero y ayudar después, a aquellos de ustedes que deseaban dejar de fumar y se decidían a intentarlo, y me siento orgulloso cuando, frecuentemente, muchos años después de conseguir dejar de fumar alguno de ustedes me saluda por la calle y me comenta: ¿Dr. Barrueco se acuerda de mí? ¡Llevo 5 años sin fumar y estoy muy contento! Creo que ayudar a muchos fumadores a dejar el tabaco es una de las mayores gratificaciones que me llevo conmigo.

En el momento del adiós es fácil dar rienda suelta a la nostalgia, pero tenemos que mirar hacia adelante porque el futuro nos espera, a ustedes y a mí. Me voy con la satisfacción que produce saber que los pacientes respiratorios de Salamanca quedan en muy buenas manos, en las manos de sus médicos de familia y que el Servicio de Neumología del Hospital Universitario les seguirá atendiendo como ustedes merecen. Gracias por todo, gracias por tanto y ¡hasta siempre!

3 comentarios en «Adiós»

  1. Eres un profesional y una persona íntegra. Me lo demostraste hace años, cuando acudí con mi hermana a tu consulta. Gracias, también, por tu disponibilidad y amabilidad con mi hijo Pablo, en consulta telefónica hace unos meses.
    Me da mucha pena que médicos como tú se jubilen, pero lo tienes merecido. Has sido un ejemplo para todos nosotros, compañeros tuyos.
    Un abrazo muy fuerte, colega, y que disfrutes durante muchos años de tu tiempo libre.

    Responder
  2. Que disfrutes de tu bien merecido tiempo de jubileo. Has hecho muchas cosas, pero te quedan muchas por vivir, por degustar y por hacer degustar a los que te rodean y los que te siguen.

    Responder

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