El festejo del Toro de la Vega en la localidad de Tordesillas (Valladolid) se celebró sin incidencia, altercados y de forma rápida. La fiesta, que se ha convertido en un encierro taurino tradicional sin muerte al astado, estuvo vigilado por agentes de la Guardia Civil al objeto de evitar altercados, tras la polémica que levanta su celebración. El toro acabó exhausto, pero sin puyazos.
Ical.- La Delegación de la Junta en Valladolid autorizó el lunes la celebración del festejo, pero sin torneo y como dos encierros, uno urbano en la noche del lunes, cuando el astado se lleva a los corrales, y el de la mañana de este martes ya por el campo. En ambos queda prohibido hacer daño al toro con la lanza.
El morlaco «Manjar», perteneciente a la ganadería de “Albarreal» y de 560 kilos de peso, inició puntual el festejo en un evento que volvió a congregar a cientos de aficionados en la localidad.
Marcado con el número 88, guarismo 17 y pelo negro mulato meano, señal oreja orejisanas ambas, este toro nacido en diciembre de 2016 salió puntual a las 11 de la mañana con el ya tradicional toque del reloj suelto y el disparo de bombas y cohetes, que anunciaba la salida del morlaco desde la Calle San Antolín hasta los prados de Zapardiel.
Pronto se presentaba «Manjar» en la Vega, en un encierro muy rápido. En la rotonda antes de entrar a la Vega, y donde se concentraban centenares de personas, el astado hizo las delicias de los allí presentes gracias a los escasos recortes de algunos participantes, informa el Ayuntamiento. «El ejemplar mostró en todo momento su bravura, rapidez y juventud», afirma. Tal y como marca la legislación, el toro fue despuntado de sus cuernos.
“Tordesillas una vez más ha dado cuenta de que es un pueblo comprometido con las hacer cumplir las normas. Pese a que este año se había elaborado un nuevo articulado de acorde a la ley, la presión popular y mediática ha llevado a su paralización», sostiene el consistorio.
El alcalde de Tordesillas, Miguel Ángel Oliveira, expresó su confianza en que e los caballistas y aficionados hayan podido disfrutar del festejo, «gracias a un ejemplar menos pesado que otros años, pero físicamente más ágil y rápido” y cargo contra «el ataque al medio rural, a nuestras tradiciones y al mundo de la tauromaquia en general» por no haberse aceptado la propuesta de reforma de las bases del festejo.
Precisamente, el auto del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León suspendió el torneo con las nuevas bases del Ayuntamiento de Tordesillas, que permitían marcar al toro con hasta siete arpones, divisas en el argot taurino.
El Partido Animalista Pacma presentó una denuncia contra la Delegación de la Junta y el Ayuntamiento de Tordesillas por autorizar el festejo y alegó que la solicitud para el citado evento se habría presentado horas antes del mismo, cuando el Reglamento de espectáculos taurinos populares de Castilla y León establece claramente en su artículo 25 que las solicitudes deben presentarse con una antelación mínima de diez días naturales.