La Comisión Europea prevé recaudar 140.000 millones de euros que deberán destinarse a reducir la factura de la luz de familias y empresas vulnerables. Este dinero provendrá de un límite a los ingresos de las eléctricas que utilicen renovables, así como un impuesto a los beneficios de las petroleras y gasistas. El PP europeo apoya esta medida que el PP repudia en España.
La diferencia entre lo que propone la UE y el modelo de España es que España gravará las ventas y la UE los beneficios (estos últimos se pueden maquillar haciendo ingeniaría contable como destinar parte de las ganancias a provisiones por imprevistos, con lo cual se reduciría el pago del impuesto a los beneficios).
La otra gran diferencia es que la UE destinará el dinero recaudado al fondo para las ayudas directas a los afectados por el encarecimiento de energía y demás debido ala guerra, y el Gobierno de España lo ingresará en las arcas del estado desde donde se distribuye para las prestaciones sociales y medidas puestas en marcha con motivo de la inflación generada por la guerra, fundamentalmente. Un dinero que en buena parte se transfiere a las comunidades autónomas.
Este miércoles, durante el Debate sobre el estado de la UE, la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen ha expuesto las medidas que planean introducir para paliar la actual crisis energética. Entre ellas está la creación de un nuevo impuesto del 33% sobre los beneficios extraordinarios de las petroleras y gasistas. También se limitará el precio de la electricidad generada tecnologías inframarginales, como las renovables u otras distintas al gas. Dicho tope será de 180 euros por MWh. Por último, también se incluirá un ahorro en el consumo eléctrico durante las horas punta, que podría fijarse entre un 5 y 10%.
“Nuestra propuesta recaudará más de 140.000 millones de euros para que los Estados miembros amortigüen el golpe directamente”, ha explicado Von der Leyen. “Proponemos un tope en las rentas de las empresas que producen electricidad, porque están ingresando ganancias caídas del cielo que nunca pensaron que tendrían. Hacer beneficios es positivo, pero en estos momentos es erróneo recibir beneficios extraordinarios o de la guerra y que paguen el pato los consumidores. Los beneficios tienen que canalizarse a quienes más lo necesitan”, ha añadido, asegurando que se trata de una “medida de emergencia temporal”.
Respecto a la reducción del consumo de electricidad en horas punta, el objetivo de la Comisión es fijar un objetivo del 5%. “Reducir la demanda durante las horas punta hará que el suministro dure más y reducirá los precios”, ha asegurado la presidenta. Esto se debe a que en dichas horas la demanda es mayor, lo que obliga a recurrir en mayor medida al gas, que es la tecnología más cara.
El límite al gas
Bruselas pretende por un lado reformar la forma en que se fijan los precios del gas. Asimismo, actualmente hay un debate abierto en la UE sobre un posible límite al precio del gas. Mientras que unos solo quieren que el tope afecte a las importaciones que provengan de Rusia, otros apuestan limitar el precio de todo el gas que compra la UE. “He acordado crear un grupo de trabajo específico para analizar la situación y ver cómo podemos reducir de forma razonable el precio del gas”, ha dicho al respecto Von der Leyen.
Reforma del mercado eléctrico
Una de las medidas a abordar más adelante, tal y como ha insistido la presidenta de la Comisión, consiste en reformar el mercado eléctrico europeo. “El mercado de la electricidad de hoy se basa en principios que están obsoletos y ya no está a la altura de las circunstancias. Los consumidores tienen que beneficiarse de las ventajas de las renovables, el gas no puede predominar en la fijación de los precios y por eso habrá que hacer una reforma profunda del mercado del gas y la electricidad”. “Rusia sigue manipulando nuestro mercado energético, que ha dejado de funcionar”, ha concluido.