Esta semana se han incorporado a las aulas de los institutos de Castilla y León los estudiantes de ESO y Bachillerato, y desde el sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos, han confirmado “el retroceso que estamos sufriendo en nuestra comunidad”.
Desde el sindicato, señalan que ha arrancado el primer curso “post-Covid”, sin medidas sanitarias de por medio, y lo ha hecho en peores condiciones que en los dos cursos precedentes: “Lo que se había logrado gracias al Acuerdo útil del Covid que UGT firmó con la Consejería de Educación y que solventó una situación muy complicada, ha quedado suprimido por un nuevo acuerdo, al que UGT se opuso, que ha empeorado no solo la situación del alumnado en las aulas sino las condiciones en las que tienen que realizar su labor los docentes”.
De hecho, desde el sindicato aducen que las familias de los escolares de Castilla y León están asistiendo “perplejas a la masificación de las aulas”. Y es que, según UGT, “la reducción de ratios (no de alumnos por aula) que se había conseguido en los años precedentes y que tan buenos resultados ha dado haciendo prevalecer la calidad de la enseñanza ha desaparecido totalmente y volvemos a tener clases a reventar donde es imposible prestar una atención individualizada”.
Por eso, para los responsables del sector de enseñanza de UGT SP CyL, “el engaño de la Consejería de Educación y los firmantes del nuevo acuerdo consiste en reducir mínimamente el horario del profesor, sin recuperar los derechos que perdimos en 2012, y aumentando el número de alumnos a los que tienen que atender y dar servicio cada día”. Cabe recordar que las aulas han pasado de tener 16 alumnos en clase a 25 en el mejor de los casos.
En este sentido, los docentes se preguntan dónde está la supuesta mejora, puesto que consideran que no se encuentran en mejores condiciones que el curso pasado y alegan que, salvo por el control de la pandemia, no hay aumentos de plantilla significativos. Y los datos lo demuestran porque, el curso pasado, había 35.816 docentes y, sin embargo, este hay 34.795, lo que supone más de 1.000 docentes menos que, además, atienden a más alumnos por aula. UGT lo tiene claro: “En Castilla y León se ha vuelto a retroceder en materia educativa. Una vez más, un pasito para adelante y dos para atrás”.
Asimismo, desde UGT señalan que “las elecciones forzadas por la Junta de Castilla y León este año y el baile de sillones que ha padecido este gobierno de coalición, han primado sobre las cuestiones educativas de la Comunidad. La dejadez ha quedado patente al ser una de las pocas comunidades autónomas que no ha sido capaz de elaborar los currículos de la nueva ley educativa antes del inicio de curso. Y no vale echar balones fuera como ha hecho Roció Lucas, Castilla y León no ha hecho su trabajo y otras regiones sí, la Ley y los tiempos son los mismos para todos, pero claro, en otras comunidades sí han hecho los deberes”.
Además, UGT ha querido recordar la carga de responsabilidades nuevas que en los últimos tiempos ha tenido que asumir el profesorado y cómo las competencias que les exigen cada vez son más numerosas “sin percibir contraprestación alguna”.
Para finalizar, desde el sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos de Castilla y León insisten en la necesidad de cuidar a los docentes como manera de mejorar la calidad de la educación: “los docentes son imprescindibles” es el lema de la organización. Por eso, en UGT han exigido, una vez más, “la recuperación del poder adquisitivo de los salarios docentes, así como la reversión de los recortes educativos, la reducción de ratios y la reducción real del horario lectivo”.