Opinión

¿Movilidad en Salamanca?

El cruce de la avda de Lasalle a la altura de las calles Avena y Lagar. Fotografía. Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.

Nuestro Ayuntamiento está celebrando por todo lo alto la semana europea dedicada a la movilidad. Sería estupendo que realmente cambiara la política en esta área y fuera congruente con tanta celebración. Lamentablemente después de muchas semanas de la movilidad vemos que los cambios son lentos, en muchos casos inexistentes y en otros contradictorios.

Veamos solamente dos casos:

1- El cruce de la avda de Lasalle a la altura de las calles Avena y Lagar, supone para el peatón un rodeo de 104 metros, 52 metros en una dirección y otros 52 en la contraria, vamos, para animar.

Las aceras, ya de por sí estrechas, tienen estrangulamientos debido a las farolas y también a las vallas del colegio Lazarillo de Tormes y las de la acera para impedir que los peatones pasen por el trayecto más corto. El paso ha de realizarse en un punto con menos de un metro de anchura sin paso alternativo en cientos de metros.

Papelera y farola en mitad de la acera.

El tema no tendría mayor importancia (salvo para las personas más directamente afectadas que vivan muy cerca de ese cruce) si este punto fuera excepcional, pero no lo es. De hecho en casi toda la avda de Lasalle los peatones tienen que dar grandes rodeos para cruzar la calle.

Este cruce estaba afectado por el proyecto inicial del Tormes Plus. La calle de la Avena, y su continuación, Lagar, tendria que formar parte del corredor que conectaría la zona de Chamberí sur (todas las calles del entorno de la calle Mayor), con el área de las huertas del Tormes Plus.

Este tipo de mejoras formaban parte del gran proyecto con un coste de más de 22 millones de euros y sirvieron para justificarlo. Pero estas intervenciones, que sí supondrían mejoras para la movilidad de los peatones, han quedado olvidadas.

El paso ha de realizarse en un punto con menos de un metro de anchura sin paso alternativo en cientos de metros.

2- La flota de autobuses sigue siendo en buena parte de motores diesel, la otra parte, de gas. Ni un solo autobús eléctrico. Mientras que en algunas ciudades ya llevan tiempo funcionando los eléctricos aquí, de momento, ni intención de implantarlos.

Los motores de diesel y gas son ruidosos y emiten gases directamente en la vía pública, contribuyendo a tener unas calles poco amables y sanas para los peatones disuadiéndoles de caminar por ciertas calles, como la Gran Vía, que a ciertas horas es insoportable.

  • Por. Asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca 
  • Fotografías. Asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca 

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