Los vecinos de Espino de la Orbada llevan tres semanas sin tener servicio de telefonía fija. No es la primera vez que les ocurre este verano, ya en agosto estuvieron una semana sin disponer de línea telefónica.
Tanto el Ayuntamiento, como los propios usuarios han presentado reclamaciones en Movistar, la respuesta es metálica, porque es un contestador al que dejan su queja, y cuando al otro lado del hilo teléfono responde una persona «lo hace con cajas destempladas y sin darnos una solución, ni un plazo para restaurar el servicio», comenta José, uno de los vecinos de Espino de la Orbada.
La madre de José tiene más de ochenta años, es viuda y vive sola. «Si no estoy en el pueblo, la única forma que tengo de comunicarme con ella es a través del teléfono fijo. Llevo tres semanas sin poder hablar con ella de este modo. Mi madre y el resto de los 15 o 16 vecinos que tienen línea de teléfono fijo, están esperando resultados médicos o llamadas de sus doctores. Todos superan los ochenta años. No hay derecho a que les hagan esto».
Además de las llamadas sanitarias, muchos de estos vecinos de Espino de la Orbada viven solos, por lo que es el único medio de comunicación que tienen para pedir ayuda si llega el caso de necesitarla o para hablar con familiares que viven fuera.
La factura del teléfono fijo les llega puntualmente, son usuarios que pagan un servicio, que conocen el funcionamiento de ese teléfono y no tienen la obligación de tener un teléfono móvil, con lo que conlleva aprender a manejarlos.