La vuelta de las vacaciones de verano suele traer consigo esos ‘kilitos de más’ que tanta preocupación generan. Sin embargo, gracias a unos sencillos cambios en el día a día se pueden perder fácilmente.
En primer lugar, un truco fundamental consiste en incluir la proteína en el desayuno. Según explican en ‘WeLife’, “la proteína ayuda a reducir la sensación de hambre y es saciante”. De esta manera se logrará evitar el picoteo sin control durante las mañanas.
Además de ello, “la proteína ayuda a acelerar el metabolismo, evita el almacenamiento de grasas y ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en sangre”. Para cumplir dicho objetivo pueden incluirse en el desayuno alimentos como los copos de avena, la tortilla, los yogures o las tostadas.
Por otro lado, el otro cambio esencial en la dieta pasa por dejar a un lado los alimentos ultraprocesados. También debe moderarse y reducirse todo lo posible el consumo de azúcar. Respecto a este último, debe tenerse en cuenta el que está ‘oculto’ en algunos alimentos, por lo que debe prestarse atención a las etiquetas.
Finalmente, también hay que introducir cambios en la rutina. Primero, se recomienda hacer ejercicio, como por ejemplo, caminar ligero durante 30 minutos diarios, nadar o hacer yoga. Dormir bien también es básico, ya que “la falta de sueño aumentaría el apetito y alteraría nuestra percepción de la saciedad”. Esto se debe a que dormir mal provoca alteraciones en “la producción de hormonas que regulan el hambre y la saciedad (leptina y grelina)”.