Al otoño y a ti que estás leyendo: ¡Hola! Esta semana vamos con una postura para ir entrando en esta estación recién estrenada.
El otoño… ¿Qué tal se te da? A mí me suele pasar que al principio regular, me cuesta el cambio de chancla a zapatilla. Luego me voy haciendo poco a poco a lo que trae, pero así de entrada refunfuño.
Esta estación invita a ir volviendo y al mismo tiempo a ir comenzando, volvemos con las pilas cargadas del verano, de estar hacia fuera y de vitamina D (según el caso). Los cambios de estación también los reflejamos en nuestra práctica de yoga, a través de asanas de torsión para limpiar y depurar el organismo y la mente. Hoy veremos una de ellas: Parivrtta Trikonasana, la postura del triángulo girado.
Cómo entrar en la postura:
- Colócate como si fueras a la postura del triángulo uttitha trikonasana, con el pie derecho hacia afuera. Y los brazos en cruz.
- Desde ahí, haz rotación interna de la cadera izquierda (del pie que mira hacia delante).
- Rota el torso hacia la pierna derecha inhala profundo y al exhalar baja hacia esa pierna. Coloca tu mano izquierda en la pierna derecha o sobre un bloque para acercar el suelo, a veces tan lejano, ¡jajaja!
- Es una postura intensa, así que observa consciente la respiración y ve entrando poco a poco, de menos a más.
- Mantén cinco respiraciones y luego deshaces, integras y repites con el otro lado.
Beneficios de Parivrtta Trikonasana:
- Regula el sistema digestivo.
- Masajea los órganos internos como el hígado.
- Mejora la sensación de equilibrio.
- Fortalece y estira las piernas.
- Estimula los órganos abdominales.
Ajustes y ayudas en la postura:
- Columna vertebral: utiliza bloque o silla para apoyar la mano del brazo que baja, en vez de ir al suelo a colocarla.
- Hombro de arriba: mantener la mano que sube en la cadera, en vez de elevar el brazo.
- Cuello: mantener la mirada al frente o al suelo si tu cervical te molesta.
Para terminar un trocito de otoño y Neruda, que me chifla:
“…Difícil es ser otoño, fácil ser primavera.
Encender todo lo que nació para ser encendido.
Pero apagar el mundo deslizándolo como si fuera un aro
de cosas amarillas, hasta fundir olores, luz, raíces, subir vino a las uvas,
acunar con paciencia la irregular moneda del árbol en la altura
derramándola luego en desinteresadas calles desiertas…”
Con Don Pablo, un triángulo girado y un color amarillo anaranjado me despido hoy. Que tengas un buen día y cuides tu energía.
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