Dormir es una de las actividades fundamentales para el correcto desarrollo vital de los seres vivos. En este sentido, dormir poco puede suponer una serie de peligros y riesgos para la salud, mientras que hacerlo suficientemente reporta beneficios a nuestro organismo. Además, cuando se está en el hospital los riesgos aumentan.
Para que el organismo funcione correctamente es esencial dormir bien. Entre sus múltiples beneficios, el sueño permite al cerebro reposar y elimina los ‘residuos’ que quedan en él como resultado de la actividad diaria. Además, permite ser más felices, equilibrando la parte racional con la irracional, así como ayuda a fijar conocimiento mejor antes de un examen. Respecto al rendimiento físico, dormir bien hace que el organismo se ‘repare’ y las defensas estén en buen estado y forma.
Al contrario, un sueño malo y escaso puede ser muy perjudicial para nosotros, llegando a asociarse con mayor riesgo de sufrir enfermedades como la diabetes tipo 2, la obesidad o los problemas cardiovasculares. Estos perjuicios se ven agravados en los ingresados en el hospital por diferentes aspectos. El principal consiste en que dormir bien puede resultar difícil en el ámbito hospitalario, bien por luces y ruidos, o bien por los protocolos de control.
De esta manera, esta falta de sueño puede generar problemas de salud en cualquier persona, lo que se ve agravado en los hospitalizados. Estos, pueden ver cómo se retrasa su curación o, incluso, cómo empeora su enfermedad.
Con el fin de promover la protección del sueño en el ámbito hospitalario ha surgido la iniciativa ‘SueñOn’. En el año 2016 varias enfermeras impulsaron este proyecto, cuyo objetivo principal consiste en concienciar tanto al personal sanitario como a los usuarios de los hospitales, de la importancia de dormir bien. En este sentido, han planteado medidas sencillas que mejorarían dicho proceso fisiológico, como iluminar solo cuando sea necesario o retrasar algunas actividades de control médico.