Más de dos centenares de ganaderos salmantinos protestaron a mediodía de este miércoles contra la Junta de Castilla y León por la obligación impuesta de vacunar a unos 370.000 animales por el brote de lengua azul declarado el pasado viernes en una explotación mirobrigense.
ICAL. La protesta, convocada por el boca a boca y las redes sociales no cuenta con el respaldo de las organizaciones profesionales, pero sirvió para recoger firmas que entregar ante la institución autonómica.
Desde el punto de vista de los ganaderos congregados, la vacunación no es necesaria puesto que el frío se encargará de ahuyentar al mosquito causante de la enfermedad. Consideran, igualmente, que la imposición de inmunizar a los animales supondrá tener el ganado parado en torno a un mes, con los perjuicios que ello conlleva, además de los trastornos para movilizarlos, especialmente al vacuno.
La situación afecta a 260.000 cabezas de ganado bovino, que deberán recibir además dosis doble con tres semanas de intercalado entre la primera y la segunda, y a 110.000 ejemplares de ovino, a los que se suministrará solamente una.
Todos los animales se dividen en las circunscripciones veterinarias de la zona, en concreto, Ciudad Rodrigo, Sequeros, Tamames, La Fuente de San Esteban y Lumbrales, un área que hasta el momento conservaba la consideración de libre de esta enfermedad, cuya variante detectada corresponde al serotipo cuatro del virus.
La Junta, no obstante, ya comunicó ayer que la normativa tiene rango estatal y que la vacunación es obligatoria.