El horario en el que se come es fundamental para controlar el peso. Pese a que esto nunca se haya tenido tanto en cuenta como los alimentos en sí, un estudio ha determinado los motivos que explican dicha relación.
Una investigación científica, publicada en ‘Cell Metabolism’, ha estudiado la relación que hay entre comer tarde y el mayor riesgo de ganar peso. Para llevar a cabo el trabajo, han tomado como voluntarios a 16 personas, de entre 25 y 59 años, con rangos de sobrepeso u obesidad en el índice de masa corporal. De ellos, cinco eran hombres y once mujeres.
También se tuvo en cuenta para la selección que fuesen personas con buen estado de salud, que desayunasen habitualmente y tuviesen niveles estables de actividad física. Durante el estudio, pasaron dos estancias -de 9 días y con entre 3 y 12 semanas entre cada una- en el laboratorio. Asimismo, en las dos semanas previas a cada estancia ni fumaron, ni bebieron cafeína o alcohol, ni consumieron drogas ilegales.
Antes de cada estancia tenían que llevar unos horarios de comida regulares y seguir unas dietas prefijadas. Una vez en el laboratorio, llevaban un horario de comida temprano y otro tardío. Al finalizar el estudio, los expertos determinaron que comer tarde tenía relación con los niveles de la hormona leptina (la que indica saciedad). Esto es, quienes comían tarde tenían más probabilidad de sentirse hambriento al terminar la comida. Asimismo, tanto el gasto calórico como la temperatura corporal eran inferiores.
No obstante, los científicos han reconocido que la muestra que han tomado es reducida, por lo que no deben generalizarse los resultados. Si bien es cierto, lo que sí puede tenerse en cuenta es que el horario de comidas puede afectar al equilibrio hormonal.