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Lo que se roba en los hoteles de Salamanca

El 'sinpa' de 3.900 euros en el Hospes Palacio de San Esteban es la exacerbación de los hurtos en los hoteles
Una habitación del Hospes Palacio de San Esteban.

La Policía Nacional detuvo el pasado 7 de octubre a un matrimonio indio que intentaba hacer un simpa de 3.900 euros en el hotel de lujo Hospes Palacio de San Esteban.

Ese caso es una exacerbación del robo en los hoteles, que va desde el botecito del gel hasta supuestos como este, en los que adquiere tintes delictivos.

Los empleados sospecharon de la pareja, que vivía a todo trapo, cuando superaron los 2.000 euros en la cuenta. Les pidieron que pagaran esa cantidad y dijeron que no les funcionaba la tarjeta.

Al verse sorprendidos, idearon el sinpa. Él dijo que iba a la lavandería y salió del hotel, mientras ella iba a salir a pasear a su bebé, pero fue interceptada por los empleado y se descubrieron sus planes.

El hotel alertó a la Policía y tras cinco horas de espera, en los que consiguieron que sus familiares les enviaran distintas cantidades de dinero, se marcharon. El varón fue detenido acusado de estancia ilegal y porque ya había hecho sendos sinpas en otros dos establecimientos de la ciudad.

La directora del hotel, Ana Montero, declaró este domingo en el A vivir, que son dos días que los robos son muy frecuentes en los hoteles.

Detalló que lo habitual es que los clientes se lleven pilas, mandos, bombillas, perchas, toallas e incluso almohadas.

Su cadena hotelera, en concreto, presupuesta cada año un rodo de diez eros por cada pernoctación (unos 150.000 euros al año).

La picaresca se ceba, asimismo, en el minibar, donde detectan clientes que rellenan con agua del grifo lo que se beben de las botellas o se repone un refresco con otro de supermercado.

«El que quiere robar, roba», dijo Montero, quien dijo que se ponen algunos sistemas, como dosificadores anclados a la pared de la ducha, pero incluso en esos casos los hay que se llevan ese gel y lo reponen con otro de bote más barato. «Se revisa todo, pero no hay métodos infalibles», precisó.

Cuando detectan un robo intentan contactar con el cliente, «que no contesta al teléfono cuando identifica la llamada», sabedores de que si el robo no supera los 400 euros el establecimiento no puede avisar a la Policía.

En otros casos sí dan con su paradero, como una pareja de Madrid se llevó un valioso centro de flores del hotel salmantino, los localizaron y lo devolvieron por mensajería.

Lo que no pudieron recuperar fue la caja fuerte de una habitación que se llevaron los inquilinos, unas cajas que están encastradas en la pared y no es tan sencillo desprender.

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